La ingeniería naval, se caracteriza por la fabricación de embarcaciones de gran importancia tanto para el comercio marítimo como para la defensa nacional, dentro de los buques de guerra se encuentran los destructores, los cuales son navíos de gran tonelaje que contribuyen al resguardo y a la seguridad de un país. A lo largo de historia, estas embarcaciones han sido clave fundamental en la protección de una nación, pero también se han convertido en el hogar de una tripulación que hacen vida en el mar durante un tiempo determinado.
¿Qué son los barcos destructores?
En el mundo naval, se conoce a un barco destructor como aquella embarcación concebida para efectuar funciones de guerra o resguardo militar que posee una rapidez única y facilidad para maniobrar, su diseño le permite funcionar como buque de acompañamiento a otros navíos más grandes, así como medio de defensa en caso de un ataque de enemigos pequeños, pero de gran potencia como aeronaves, submarinos y buques torpedos. Originalmente fueron concebidos y diseñados por el marino militar español Fernando Villaamil, para la Armada Española.
Evolución de los barcos destructores
Aunque se piense lo contrario, los barcos destructores surgieron antes de la Primera Guerra Mundial ya que están relacionado con la presencia del torpedo autopropulsión en el año 1860, en este tiempo, había una flota con un alto potencial para destruir al enemigo mediante buques propulsados a vapor. A medida en que los torpedos fueron ganando velocidad, el diseño de los barcos también lo hicieron, llegaron a convertirse en navíos más rápidos para poder así cazar y destruir a estos proyectiles durante el acompañamiento y defensa hacia otras embarcaciones.
Durante la Primera Guerra Mundial, la presencia de los barcos destructores era muy comunes, pues, realizaban trabajos de patrullaje y ataques, con la llegada del submarino, estos tuvieron que atacar primero debido a que solo podían disparar antes que se sumergieran. En la Segunda Guerra Mundial, no solo había la presencia de estos navíos, sino también de aviones que transportaban armamentos, para poder combatirlo, los destructores fueron equipados con armas antiaéreas, radar y equipo adicionales a sus cañones ligeros, así como cargas de profundidad y torpedos.
En el siglo XXI, estos buques de convirtieron principalmente en embarcaciones de combate de superficie, actualmente se cuenta con navíos muy modernos conocidos como destructores lanzamisiles guiados que se caracterizan por tener un gran tonelaje y capacidad para portar misiles nucleares. Estos barcos no solo cumplen funciones de defensa, sino que también proporciona escolta a buques mayores en flotas, convoyes o grupos de batalla.
Características de los barcos destructores
Sistemas de defensa
Los sistemas de defensa de los destructores van desde la presencia de torpedos, armamento antisubmarino, artillería media de doble propósito, equipos ligeros antiaéreos hasta dispositivos que permiten rastrear objetivos hasta 400 km. Los nuevos destructores cuentan con piezas de cañones automáticos de 127 mm y con sistemas de señuelos que permiten crear rutas diferentes para evitar que los enemigos conozcan la dirección del mismo.
Gran velocidad
Antes de llegar la Segunda Guerra Mundial, los destructores eran navíos ligeros con poca capacidad para maniobrar durante operaciones oceánicas, pero con el avance tecnológico, ha venido transformándose en embarcaciones de gran velocidad. Esto le ha permitido, prestar apoyo a barcos de mayor tamaño.
Variedad de tamaños
Estos buques de guerra se caracterizan por contar con una eslora de 150 m y una manga entre 17 a los 18 m, hay algunos de 16.000 toneladas y otros que pesan aproximadamente 8.000 toneladas a plena carga. Su variedad de tamaño permite que los destructores puedan proporcionar defensa aérea.
Los destructores son barcos de guerra muy esenciales dentro de la flota de una nación debido a que están diseñados para albergar un sistema de defensa que les permiten funcionar como escolta o defensa.