De acuerdo a las estimaciones de la firma GlobalData, para este año se evidenciará un leve debilitamiento de la actividad de la construcción en Europa del Este, debido a las fuertes presiones inflacionarias y la desconfianza entre los inversionistas.
GlobalData calcula que el crecimiento de la construcción caerá de 4,1% a 1,5% en la región en 2022. La actividad ha caído hacia esa región del bloque, desde donde se reportan contracciones intermensuales en Hungría de 5,7%, en República Checa de 3,7%, mientras que en Rumanía y Eslovaquia registraron contracciones pequeñas. Por su parte, Bulgaria y Polonia lograron un crecimiento en la construcción de 7,2% y del 3,6%.
GlobalData prevé que este comportamiento contractivo se prolongue por los menos hasta el 2023, como resultado de las presiones inflacionarias y el encarecimiento de las materias primas.
Si bien la incertidumbre con motivo de la COVID no se había despejado del todo a comienzos de 2022, el aumento reciente de los contagios con las nuevas cepas no ha contribuido a normalizar las economías.
Es verdad que para el primer trimestre de 2022 se comprobó una mejoría en el sector de la construcción que tendrá como desafíos para este año:
- El incremento de los precios de los materiales.
- Las fuentes de energía.
- La escasez de mano de obra calificada.
No se descarta que las viviendas se encarezcan y que la rentabilidad de los alquileres disminuya, pero, por contrapartida, se espera que fondos europeos ya apartados para la actividad puedan contribuir a mantener cierto empuje en el sector hacia el oeste de Europa, donde en países como España todavía estiman que se darán balances positivos, sobre todo en el área de la construcción de viviendas de alquiler y para desarrollar un turismo que empezaría a crecer nuevamente.