El análisis del ciclo de vida de los materiales es un método de trabajo que analiza los insumos en sus diferentes etapas, evaluando y controlando el impacto ambiental en la producción de materiales o productos para la gestión de proyectos de construcción
DAT.- El sector construcción es de los más contaminantes del mundo, generando una problemática que va más allá del consumo de recursos naturales, abarcando igualmente la fabricación, el transporte y la puesta en obra de un conjunto de materiales que requieren de una gran cantidad de energía, con las consecuentes emisiones de CO2 a la atmósfera.
En ese sentido, explica Oswaldo Nania que analizar el ciclo de vida de los materiales nos permite estimar y evaluar los impactos ambientales de los productos que empleamos durante todas las etapas de su ciclo de vida, y de este modo elegir materiales más adecuados, así como seleccionar aquellos que consideren la globalidad de los aspectos económicos, técnicos y ambientales.
7 fases del ciclo de vida de los materiales
El ciclo de vida de un material abarca diferentes fases, desde la extracción de las materias primas necesarias para su producción, hasta el reciclado cuando deja de ser útil. A continuación, veremos en detalle cada una de ellas:
- Extracción: En esta fase tienen lugar todas las actividades necesarias para la extracción de las materias primas que se requieren para obtener el material deseado. En muchos casos, la extracción y preparación de la materia prima para su posterior uso en la fabricación de productos requiere de mucha energía, con su consecuente alto impacto ambiental. Las exigencias, en aumento, han promovido que las empresas dedicadas a la extracción de materias primas ajusten sus procesos, bien disminuyendo sus consumos, bien desde la producción de energía renovable, bien investigando en nuevas materias primas. Cabe también destacar que muchas materias primas básicas para la construcción están muy alejadas del lugar de fabricación, con el consecuente transporte e impacto ambiental que esto implica.
- Fabricación: Durante esta fase se llevan a cabo las tareas propias de la fabricación para convertir las materias primas en productos para la construcción, que cumplan los estándares de calidad legales, técnicos y comerciales requeridos. El proceso de fabricación también tiene un fuerte impacto ambiental, principalmente el que se deriva del gran consumo de energía y recursos necesarios para alcanzar el producto adecuado. En este sentido, los fabricantes empiezan a producir considerando las emisiones de CO2 en la atmósfera y dan a conocer el impacto ambiental de sus materiales durante el proceso de fabricación.
- Distribución y transporte: El producto final se traslada hasta el lugar definitivo. La demanda de energía y recursos varía en función del tipo de transporte, el recorrido y el tipo de combustible empleado. Para evitar este impacto, nada mejor que buscar los materiales y productos de proximidad, con un beneficio adicional: favorecer la economía local.
- Uso y mantenimiento: Los impactos más importantes que se derivan del uso suelen ser los relacionados con el consumo de energía. Si nos restringimos estrictamente a los materiales empleados en la construcción, la durabilidad de los materiales parece un aspecto a tener en cuenta, así como su desmontabilidad para ser sustituidos por otros de mejores prestaciones. No hay que olvidar que en esta etapa es importante considerar las reparaciones que necesita el producto durante su uso.
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- Reciclaje: Cuando el material ha llegado al final de su vida útil, siempre y cuando sea posible, deberá reciclarse, reutilizarse o bien devolverse a la naturaleza. La composición de los materiales para conocer sus posibilidades en un sentido o en otro empiezan a ser imprescindibles.
- Disposición de deshechos: Es importante desechar de manera adecuada aquellos residuos que no pueden reutilizarse. Al depositar los deshechos debemos tener en cuenta sus características y tomar medidas para evitar que tengan efectos negativos sobre el entorno.
- Demolición y reciclado: Actualmente, la empresa constructora tiene la obligación de hacer un plan de gestión de residuos, informar y verter los escombros en una o varias plantas de residuos, con sus consecuentes tasas, costes e impacto ambiental. Son las plantas de tratamiento de residuos las que separan los diferentes tipos de materiales para su posterior selección y nuevo uso, como nuevas materias primas o bien como residuo. El objetivo a corto plazo es programar el reciclaje en la propia obra.
(Con información de Oswaldo Nania)