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La directora francesa Justine Triet, dirige Anatomía de una caída, un intenso drama judicial en el que una escritora debe probar su inocencia tras la muerte de su marido.

La cineasta escribió el guion pensando en su actriz protagonista Sandra Hüller, con la que ya había trabajado en su anterior largometraje Sibyl en 2019 y cuya actuación ha sido alabada por la crítica especializada.

La película tuvo su estreno mundial en el pasado festival de Cannes, donde logró alzarse con la Palma de Oro, y llegará a las salas españolas el próximo 6 de diciembre.

Sinopsis de Anatomía de una caída

Cuando el marido de la escritora Sandra Voyter aparece muerto en el exterior de su casa, en extrañas circunstancias, todo su mundo se tambalea.

Sandra vivirá un complejo proceso judicial en el que su vida en pareja será minuciosamente analizada y expuesta y en el que se jugará tanto su libertad como la custodia de su hijo.

Crítica de Anatomía de una caída

Justine Triet vuelve a demostrar en su cuarto largo por qué es una de las guionistas y directoras más interesantes del cine europeo actual.

Se ha convertido en la tercera mujer en ganar la Palma de Oro en Cannes, tras la neozelandesa Jane Campion por El piano en 1993 y Julia Ducournau por Titane en 2021.

Su profundo análisis de esta pareja con claros desajustes emocionales resulta en una especie de tesina compleja sobre las relaciones sentimentales y su miles de aristas.

Drama judicial

La muerte de Samuel, en los primeros minutos de metraje, es el punto de partida de una exhaustiva y pormenorizada disección emocional de los personajes de Anatomía de una caída.

A través de un proceso judicial, convertido en escaparate de miserias, Triet va, poco a poco, deshaciéndose de las capas exteriores de sus protagonistas en busca de una esencia, que nos ayude a entender sus motivaciones.

La forma inteligente de gestionar la información convierte al espectador en un improvisado jurado, al que la cineasta invita a participar de manera activa en el veredicto.

El guion escrito por Triet y Arthur Harari nos manipula de forma consciente mediante el uso de ambigüedades, de una abundante gama cromática de grises y de nuestros propios prejuicios. De hecho, ni siquiera el propio elenco conocía de antemano la resolución de la película, para mantener esa atmósfera de incertidumbre que se transmite a través de la pantalla.

El amor y sus equilibrios de poder

Una pareja que convive debe tener, ante todo, equilibrio. Un reparto equitativo de las cargas físicas, mentales y emocionales del hogar, una admiración mutua, una sensación de éxito laboral similar o un grado de amor y respeto por el otro proporcionado y equivalente.

Cualquier desajuste en alguna de esas y otras variables que conforman el día a día de una convivencia acaba provocando unas gritas que desembocan, si no se pone remedio, en frustración y resentimiento.

Tradicionalmente, y hasta hace no demasiados años, el hombre ha contado siempre con el reconocimiento social y laboral fuera del hogar mientras la mujer era relegada a una especie de acompañamiento invisible entre paredes.

¿Qué sucede cuando esos roles se invierten? ¿Cómo relacionan los hombres a ese desequilibrio social cuando son ellos los que se sienten a la sombra de sus esposas o parejas?

Anatomía de una caída explora en profundidad las interacciones y los roles de su pareja protagonista y se adentra en su psique, exponiendo su relación sin contemplaciones.

Los intérpretes

Vamos directos al grano, Sandra Hüller se come la pantalla. La alemana se hizo con el Oso de Plata a la mejor interpretación cuando su carrera estaba empezando y casi veinte años después, la actriz sigue acumulando premios y reconocimientos.

Antes de hacerse internacionalmente conocida por su papel en Toni Erdmann (Maren Ade. 2016), la actriz había ganado el Premio del Festival de Cine de Berlín por su actuación en Réquiem (El exorcismo de Micaela) de Hans-Christian Schmid en 2006.

Aquí, borda el papel de una escritora independiente y empoderada, que está lleno de matices emocionales y contención dramática.

La acompaña su abogado y amigo Vincent, interpretado por el actor francés Swann Arlaud. El intérprete es un habitual en las producciones en su país, en el que ha recibido dos premios Cesar por su papeles en Petit Paysan (Hubert Chaurel. 2017) y Gracias a Dios (François Ozon. 2018).

Un reparto internacional de altura para una producción que ha sido rodada en francés, inglés y alemán.

Nuestra valoración de Anatomía de una caída

Anatomía de una caída es una de las mejores películas que hemos podido ver este año.

Justine Triet construye un intenso drama intimista con momentos de suspense que, a pesar de su extensa duración, nos tiene atrapados de principio a fin.

Es difícil no reconocerse o reconocer a alguien cercano en estos personajes tan honestos y bien definidos. Nos encontramos ante una de esas obras atemporales que dejan poso en el espectador mucho después de abandonar la sala de cine.

4.5 out of 5.0 stars

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