Jason Yu, asistente de dirección de Bong Joon-Ho, debuta en el cine con ‘Sleep’, una película con un terror novedoso y con muchas cosas que decir sobre las relaciones de pareja
Reseña | Opinión de la película ‘Sleep’ de Jason Yu. Sin fecha de estreno aún en España. Vista en el Festival de Cine Fantástico de la Universidad de Málaga
Sería difícil definir a qué género pertenece ‘Sleep’. Ni siquiera podríamos decir, si asumimos que es una cinta de terror, qué tipo de terror busca ser. Y lo que parece lastrar una historia que no acierta a determinar cómo quiere ser contada se convierte en el punto fuerte de una producción que circula con paso firme durante su hora y media de duración.
‘Sleep’ sigue a una pareja que tiene que lidiar con el sonambulismo del marido a la vez que se preparan para tener un hijo. Usando ese sonambulismo, la película empieza teniendo un mínimo estilo cómico. Porque ciertamente es una situación que quien la haya experimentado sabe que tiene su gracia. Pero pronto se va volviendo inquietante conforme el marido va tornando violento hasta el punto de traspasar la frontera física consigo mismo y con los demás.
Vamos con nuestro análisis, impresiones y opiniones de ‘Sleep’, ópera prima del director coreano Jason Yu.
Paranoia entre cuatro paredes
Una noche, el protagonista, sentado al borde de la cama, afirma que «hay alguien dentro». Y a partir de ahí la locura se va apoderando de ‘Sleep’ lentamente. Sin apenas ofrecer respuesta a los porqués, la tensión se va viendo acrecentada conforme la violencia nocturna va desarrollándose paulatinamente. La comedia sigue estando presente durante buena parte del metraje, a pesar de que los indicios que captamos como espectadores nos indican que estamos presenciando algo para nada cómico. Lo que permite que el director termine creando un ambiente malsano donde lo que entendemos y lo que captamos parecen pertenecer a dos extremos diferentes. Jugando así a desconcertarnos.
Ante los sucesos que le ocurren a la pareja, ‘Sleep’ aprovecha para hablar de las dinámicas en las relaciones de pareja y dejar al fondo algún comentario sobre los roles de género dentro de ella. Su principal objetivo vital es estar juntos, pase lo que pase, pero a veces pasan cosas que no deberían pasar. Sus intentos e ideas para convivir por las noches son infructuosas, hasta tal punto que ella necesita encerrarse en el baño con su bebé en brazos para poder dormir. Las pinceladas sobre violencia de género están ahí, aunque el protagonista no actúe de manera consciente.
Ella da todo para mantener la relación y la seguridad de los tres. Él, sin embargo, se muestra más relajado ante la situación, restándole importancia. Los roles patriarcales han cambiado, ahora es ella la encargada de la seguridad del hogar. Un hogar del que apenas sale la película durante su metraje, haciéndose así notar una sensación de asfixia que recuerda al mejor Polanski.
‘Sleep’ y el terror de posesiones
Bien entrada la película, ‘Sleep’ da un giro hacia el cine de fantasmas y posesiones que, si bien iba dando señales de ello, no eres consciente hasta que la propia película te dice claramente cuáles eran esas pistas. El giro, aunque cultivado, parece cambiar la película radicalmente. El discurso que parecía hablar subtextualmente sobre la violencia intrafamiliar cambia radicalmente, dejando esto de lado por completo. Y culpa de todos los problemas que parecían tangibles a un ente relativamente ajeno a la familia. Componiendo así otro relato diferente pero sin salirse del tono. Demostrando que de la misma forma se pueden contar dos ideas diferentes.
Yu se las apaña de tal manera que este giro hacia mitad de la película, si bien se cierra posibilidades de relato más terrenales, no desentona con todo lo visto anteriormente. El desarrollo kafkiano ayuda a que los hechos no sean más importantes que aquello que estos trasmiten. ‘Sleep’ podría haber tratado cualquier otro tema y seguiría siendo una gran película, porque el ejercicio de tensión consigue con creces lo que se propone.
Y esta tensión no sería posible sin las dos actuaciones protagonistas. En especial la de Jung Yu-Mi, protagonista absoluta de la película, que lleva todo el peso de mostrar ese descenso hacia la locura y la paranoia de un personaje que recorre un arco completo. Desde el descreimiento hasta la aceptación de lo sobrenatural. Exactamente el mismo itinerario que transitamos nosotros como espectadores.
‘Sleep’, por tanto, circula en un amplio espectro de géneros con tanto talento que no se sale de la vía. Yu tiene claro lo que quiere contar. Y aunque ese giro central resulte extraño y pille al espectador en fuera de juego, hay que aceptar que la película buscaba eso desde un principio. Y no es algo por lo que el espectador necesite hacer un esfuerzo a la hora de consentirlo, sino que el mayor acierto de ‘Sleep’ es conseguir que, hiciese lo que hiciese, te iba a tener al borde de la butaca.