“Lo que se pierde, se tiene para siempre” se llama la obra con la que Sofía Gala debutó en esta semana en el Dumont 4040, y hasta donde llegó su madre, Moria Casan, infaltable en su ensayo general
En la obra se vuelve a dar la dupla central de “Alanis”, con Sofía actuando y Anahí Berneri como su directora teatral, para una propuesta basada en cuentos de Alejandra Kamiya.
Moria llegó con dos gatitos chinos de regalo para su hija y para la directora, porque lo mismo hizo cuando fue al debut del filme que las unió, “Alanis”, por el cual Sofía ganó la Concha de Plata en el Festival de San Sebastián en el 2017.
“A veces los personajes logran salir de las páginas de los libros. La suerte acompañó a algunos de los míos y Anahí Berneri sopló sobre ellos: ahora están vivos” dijo Alejandra Kamiya sobre la obra.
En “Lo que se pierde se tiene para siempre”, una madre se pierde en algo que no se nombra (Marita Ballesteros). En su taller de ebanistería, un padre (Enrique Amido) parece no haber acariciado a nadie tanto como a sus maderas. Como un puente, la hija (Sofía Gala) recorre las ocho cuadras que separan las casas de sus padres, llevando y trayendo ollas con comida, fotos, muebles, sobres con dinero. Lo que intenta es maratónico: unir las partes en que se ha dividido su vida.”
La obra se mantendrá en cartel durante todo agosto en Dumont 4040 y Sofía ya empezó paralelamente los ensayos de “Eduardo II” para el San Martín, dirigida por Alejandro Tantanian.