La última cinta de David Ayer, A Working Man, se ha estrenado en los cines españoles el día 28 de marzo de 2025 de la mano de Warner Bros Pictures Spain. La película está protagonizada por el reconocible héroe de acción Jason Statham, el cual está rodeado de un reparto encabezado por nombres cómo David Harbour, Michael Peña o Arianna Rivas, entre otros.
- Fecha de estreno: 28 de Marzo de 2025
- Género: Acción, Thriller
- País: Estados Unidos
- Año: 2025
- Dirección: David Ayer
- Reparto: Jason Statham, Jason Flemyng, Merab Ninidze, Maximilian Osinski, Cokey Falkow, Michael Peña, David Harbour, Noemi González, Arianna Rivas, Emmett J. Scanlan, Eve Mauro
- Música: Jared Michael Fry
En A Working man, Levon Cade (Statham) ha dejado atrás una laureada carrera militar en operaciones encubiertas para llevar una vida sencilla trabajando en la construcción. Pero el día que unos traficantes de personas secuestran a la hija de su jefe, a la que considera como de la familia, su búsqueda para rescatarla le descubre un mundo de corrupción mucho mayor de lo que jamás hubiera podido imaginar.
Jason Statham vuelve para protagonizar «A Working Man», el último thriller de acción cargado de adrenalina de Amazon MGM Studios, del director de «Escuadrón suicida» y «Beekeeper: El protector». La película cuenta la historia de un obrero de la construcción que una vez más se ve envuelto en una batalla.
Además de Statham, el reparto internacional de la película lo integran Jason Flemyng, Merab Ninidze, Maximilian Osinski, Cokey Falkow, Michael Peña y David Harbour. La película también está protagonizada por Noemi González, Arianna Rivas, Emmett J. Scanlan y Eve Mauro.
Sobre la película
Dirigida por David Ayer a partir de un guion de Sylvester Stallone y Ayer, basado en el libro Levon’s Trade de Chuck Dixon, «A Working Man» está producida por Chris Long, Jason Statham, John Friedberg, David Ayer, Sylvester Stallone, Bill Block y Kevin King Templeton. Los productores ejecutivos son Teddy Schwarzman, Michael Heimler, Mike Shanks, Jill Silfen, Volodymyr Artemenko, Yevgen Stupka, Alexis Garcia, Rachael Cole y Thomas Zadra.
El equipo del realizador Ayer está formado por el director de fotografía Shawn White, el diseñador de producción Nigel Evans, la diseñadora de vestuario Tiziana Corvisieri, el montador Fred Raskin y el compositor Jared Michael Fry.
Crítica de A Working Man: Un circo de rarezas
Después de una inspirada y estilizada secuencia de créditos introductorios y un ¿aceptable? primer acto que coquetea con el lado más familiar y luminoso del blockbuster de acción, A Working Man rápidamente se transforma en un esperpéntico, bochornoso y chanante muestrario de rarezas e infinitos traspiés. Un inintencionado circo de los horrores que no es capaz de apuntalar ni una tonalidad coherente ni una narrativa eficiente o funcional. David Ayer vuelve a errar otra bala, disparando al aire y tallando una muesca más en un agridulce repertorio (su trayectoria) de catastróficas desdichas que, desde hace ya largos años, sigue convirtiendo su nombre en palabra tabú, y su persona en non grata.
Si bien podríamos afirmar que la cinta se plantea cómo una grave y dramática historia de redención que sirve como vía de escape para un ex-veterano con un historial nocivo impulsado por el estrés postraumático, es desconcertante y contradictorio ver tras este planteamiento cómo nos topamos con un ejercicio casi paródico que abraza lo cómico sin comerlo ni beberlo. Queriendo matar moscas a cañonazos, el film orquesta un sindiós argumental dominado y guiado por deux ex-machinas en el que los eventos dramáticos suceden y surgen por ciencia infusa. A Working Man es un castigo visual e intelectual para todo tipo de paladar y un flaco favor para cualquier fanático del género de acción.
Parto paródico
A lo largo de 120 veinte minutos, mientras naufragamos en un mar de set-pieces mediocres, impersonales e insípidas, chocamos frontalmente con un muestrario monstruoso compuesto por un imaginario de un dudoso y cuestionable sentido del ridículo que pretende lucir y verse tan cool y bad-ass como sus artífices imaginan. Sin embargo, todo se desploma como si de un castillo de naipes se tratara al confiar en que una panda de mafiosos de poca monta – cada uno ataviado de forma más marciana que el anterior y de unas personalidades de una absurdidad sangrante – va a ser capaz de salvar los muebles en un anunciado siniestro total.
Ni Statham ni David Harbour (este, a pesar de lo breve de su aparición) cuenta con el papel más agradecido de toda la función, el de un compañero de chanzas bélicas ciego que vive aislado en un búnker cargado hasta las trancas de artillería pesada, consiguen elevar semejante despropósito. Un parto cuasi-paródico que también brota de la pluma del guionista ganador del Oscar Sylvester Stallone, para más inri. Aquí hay poco que ver, y menos aún que salvar.
¿Vale la pena A Working man?
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A Working Man supone otro tropiezo injustificable por parte de David Ayer, que firma en esta ocasión un actioner tibio que no cumple ni como producto de entretenimiento ni como ejercicio de espectacularidad. Todo queda en agua de borrajas al optar por articular la cinta desde un despliegue incomprensible de estereotipos, situaciones forzosas e imágenes ininteligibles que, lejos de satisfacer, provocan náusea y hartazgo. Todo un dolor de muelas.