Dirigida por la española Arantza Echevarría, La infiltrada es un thriller claustrofóbico, que mantiene muy bien su tensión de principio a fin, sin dar un respiro al espectador.
La película, que llegó a nuestros cines el pasado 11 de octubre, no fue seleccionada para el festival de San Sebastián, algo difícil de entender, pues además de su mensaje y calidad cinematográfica, fue rodada en la capital guipuzcoana.
Sinopsis de La infiltrada
Basada en hechos reales, La Infiltrada narra la historia de Arantxa Berradre Marín, el alias que un miembro de la Policía Nacional Española de 20 años utilizó para infiltrarse en la organización terrorista ETA. Durante su etapa encubierta hizo posible el desmantelamiento del comando de Donosti en un momento crucial en el que ETA había afirmado falsamente que estaba aplicando una tregua.
Crítica La infiltrada
Arantxa Echevarría logra crear en La infiltrada un thriller asfixiante, pero que va más allá de ser una simple película sobre espionaje, pues se terminan abordando temas tan importantes como el coste personal de adentrarse en una misión como la retratada.
La dirección de Echevarría destaca por no caer en el sensacionalismo. El guion evita presentar la violencia de ETA como un espectáculo -mostrando incluso humanidad en gente que tiene poca empatía- y opta por enfocarse en las tensiones emocionales y los desafíos a los que se enfrentan los personajes.
Una tensión constante
A medida que la película avanza, tanto el personaje de Arantxa Berrade como el espectador son arrastrados a un mundo donde cualquier gesto mal calculado podría ser el último. Y es precisamente ahí donde La infiltrada alcanza su punto álgido. Las miradas, los silencios y las palabras cargadas de amenaza, junto a una paleta de colores fría y escenarios tenues, crean una atmósfera asfixiante que no da tregua.
El enfoque de la película en los dilemas morales de Arantxa es también un acierto. Como mujer infiltrada en un entorno masculino, el hecho de ser mujer no la coloca en una posición de vulnerabilidad, sino de fortaleza. Y eso no encubre el precio emocional que debe pagar por la complicada misión en la que está sumergida, pues se muestra sin tapujos cómo se va desmoronando psicológicamente bajo la presión constante.
La música está muy bien utilizada, siendo un buen acompañante en los momentos tensos, pero sin llegar a hacer que desconectes de lo que estás viendo. Incluso los silencios, para nada molestos, son parte fundamental del desarrollo de La infiltrada.
Si bien es cierto que para aquellos no tan familiarizados con el contexto histórico de ETA, el film puede resultar algo superficial en cuanto al conflicto vasco. Pero es que La infiltrada no pretende ser una lección de historia, sino una exploración del costo emocional que conlleva vivir una vida bajo constante peligro.
Interpretaciones destacadas
El papel de Arantxa, interpretado de manera brillante por Carolina Yuste, es algo a destacar. Logra capturar el conflicto interno de su personaje, especialmente en las escenas en las que el peligro la acecha y los ataques de ansiedad la consumen. Y no solo consigue que el espectador empatice con ella, sino que también sientan esa claustrofobia. Su capacidad para transmitir el miedo y la desesperación es uno de los pilares del peso emocional de la cinta.
El laureado Luis Tosar, como Ángel Salcedo, el encargado de coordinar la misión, ofrece una actuación sólida, aunque nada fuera de lo esperable en un actor de su categoría. Por otro lado, quiero subrayar la interpretación de Diego Anido, en su papel de Sergio Polo, pues logra realmente incomodar tan solo con su presencia.
Conclusiones
La infiltrada es un thriller que relata magníficamente todo lo que se genera al formar parte activa de un entorno tan peligroso como el de ETA. Desde dejar atrás toda tu vida hasta convivir y codearte diariamente con la muerte. Gracias a su dirección, guion y actuaciones, logra atrapa al espectador desde el inicio hasta el final, dando forma a una de las mejores películas sobre ETA hasta la fecha.