La Guerra de los Rohirrim, película de animación perteneciente al universo de El Señor de los Anillos llega a los cines españoles este 5 de diciembre de 2024. La cinta está producida y distribuida por Warner Bros.
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Crítica
La guerra de los Rohirrim se presenta como un intento de expandir el universo de El Señor de los Anillos mediante la animación, centrándose en los eventos que preceden al célebre Abismo de Helm. A priori, la premisa resulta interesante: relatar la gestación de un mito fundamental en la Tierra Media mientras se exploran nuevos horizontes creativos. Sin embargo, lo que podría haber sido una obra épica y conmovedora termina convertido en una experiencia genérica, carente de alma y ambición narrativa. Desde su argumento superficial hasta su insípida propuesta visual, la película fracasa en capturar la grandeza y el espíritu del universo de Tolkien, dejando al espectador con una sensación de indiferencia y agotamiento.
Uno de los aspectos más decepcionantes e irregulares del film es la construcción del personaje femenino central, Héra. Aunque esta se perfila como una figura clave en el conflicto y se presenta como una auténtica princesa de Rohan con una personalidad fuerte e independiente, su desarrollo se ve sepultado bajo clichés y tropos predecibles. La película insinúa, pero no profundiza en temas como la lucha contra los roles de género o su desafío a las estructuras patriarcales. Opta por no hurgar en la herida en favor de acentuar un retrato superficial y complaciente. Héra, en lugar de ser un personaje tridimensional, multifacético y potente, se convierte en una herramienta al servicio de una narrativa que nunca se atreve a cuestionar sus propios límites.
La planicie visual de El Señor de los Anillos: La Guerra de los Rohirrim
Su estilo visual de corte asiático (anime) es vago y mil veces visto, apunta de manera marketiniana y estratégica a un target determinado para funcionar a nivel comercial, pero termina por quedarse en tierra de nadie por su aspecto descafeinado e insulso. No logra proponer ni crear imágenes que tengan cierto valor estético, ni mucho menos sentimental. Es un ejercicio estilístico hueco que no responde en ningún caso a razones artísticas, algo apreciable a lo largo de su extenuante metraje de más de dos horas de duración. Lo que podría haber sido una oportunidad para explorar la belleza y la complejidad de este universo en un formato visual único se queda en un ademán inofensivo, carente de innovación y plagado de lugares comunes.
La animación no logra transmitir la épica ni la melancolía que son inherentes a la pluma de Tolkien. En lugar de impresionar al espectador con paisajes deslumbrantes o estampas inolvidables, la película se limita a entregar un acabado técnico correcto pero plano, sin alma. Este aspecto, junto a la ya mencionada duración excesiva de más de dos horas, hace que la experiencia se torne en un caro peaje falto de recompensa estética.
Como blockbuster de aventuras y/o acción tampoco brilla con una fuerza especial, el discreto desempeño del motor gráfico y las anecdóticas secuencias que se adentran en estos géneros no son especialmente destacables. La suma de factores resulta en un anodino cóctel de predecibles acontecimientos, escasas aportaciones y set-pieces sin ningún tipo de mojo.
Conclusión
La guerra de los Rohirrim es una obra errática que deja a deber en casi todos sus frentes. Una lánguida y genérica cinta de animación que en el mejor de los casos no provoca más que una absoluta indiferencia. Fracasa de forma estrepitosa en su gesta de enarbolar una fábula épica ambientada en el universo de El Señor de los Anillos a pesar de recurrir al fan-service para formularla. Completamente prescindible.