El BCN Film Fest nos dio la oportunidad de ver en primicia el último drama histórico de Woo Min-ho, Harbin. Una película que se suma a la última ola de producciones surcoreanas que buscan revisar momentos clave de su pasado reciente. Con un enfoque sobrio y una fotografía visualmente potente, la película nos traslada al corazón de la resistencia coreana en su lucha contra la ocupación japonesa, poniendo el foco en uno de los atentados políticos más relevantes de todo el siglo XX.
- Género: Thriller, Drama
- País: Corea del Sur
- Año: 2024
- Duración: 115 min
- Dirección: Woo Min-ho
- Reparto: Hyun Bin, Jeon Yeo-been, Park Jung-min, Lee Dong-wook
- Música: Cho Young-wuk
Corea, año 1909. Ahn Jung-geun lidera una célula de patriotas coreanos exiliados en Manchuria. Su objetivo es claro: acabar con Itō Hirobumi, figura política clave del dominio japonés. La acción se desarrolla principalmente en Harbin, donde los preparativos del atentado, la vigilancia constante y las tensiones internas tejen un relato sobre el deber, el miedo y el sacrificio.
Sobre la película
Basada en hechos históricos, Harbin reconstruye con precisión la planificación del asesinato político que acabaría marcando el inicio de la lucha armada por la independencia de Corea. Woo Min-ho, responsable de cintas como Inside Men, ofrece una visión medida y contenida, más cercana al drama reflexivo que al thriller de acción al uso.
La producción es ambiciosa, con un despliegue técnico que sobresale especialmente en el trabajo de ambientación. El vestuario, los escenarios y la cuidada dirección de arte contribuyen a una experiencia inmersiva que, aunque pausada, resulta sólida y coherente en su tono.
Crítica de Harbin
Harbin opta por alejarse del espectáculo, para construir así una narrativa centrada en la introspección y los dilemas morales de sus protagonistas. Si bien el ritmo es lento, esto no es casualidad, pues se prioriza la construcción de atmósferas sobre los grandes giros argumentales (que, aun así, están presentes).
Este enfoque puede resultar algo exigente para el espectador, especialmente por la traba del idioma, pero a la vez refuerza la carga simbólica de la historia que se cuenta. En Harbin, la tensión está más en los silencios que en la acción. Las miradas, los gestos y la contención emocional son el motor de un relato histórico que apuesta por la sobriedad como principal herramienta narrativa.
Compromiso, identidad y resistencia
Aunque el hilo conductor es el atentado contra Itō Hirobumi, Harbin no se centra solo en el hecho en sí, sino en todo lo que lo rodea: las motivaciones personales, las contradicciones internas, el dolor que implica entregar la vida por una causa.
A través de sus personajes, la película aborda cuestiones muy importantes y presentes aún en nuestro día a día, como son el nacionalismo, el exilio y el legado de la lucha colectiva. No obstante, hay momentos en los que el guion deja en segundo plano el desarrollo emocional de algunos secundarios, lo que hace olvidar en según qué momentos la historia detrás del acto, así como aportar una mayor profundidad al conjunto.
El reparto de Harbin
Hyun Bin encarna a Ahn Jung-geun con fuerza contenida, transmitiendo una mezcla de firmeza y melancolía. A su alrededor, actores como Park Jung-min o Jeon Yeo-been cumplen con eficacia, aunque como se ha mencionado anteriormente, sus personajes no siempre reciben el espacio que merecen.
Algo a destacar muy positivamente es el aspecto visual de la película. La paleta de colores fría te sumerge de pleno en la atmósfera donde suceden los hechos que se narran, y la fotografía de Hong Kyung-pyo es impecable y acentúa la densidad del clima político y emocional que se vive en la ciudad.
Un homenaje que invita a la reflexión
Harbin es una película cuidada, seria y respetuosa con el episodio histórico que retrata. Aunque su ritmo pausado y su tono contenido seguro que no contentará a todo el mundo, ofrece una mirada comprometida sobre el pasado coreano y rinde homenaje a quienes lo dieron todo por la libertad.
Es una cinta que apuesta por la reflexión antes que por la espectacularidad, y que se sostiene gracias a su ambientación, sus actores y su valor simbólico.
Autor: Fran Galella Toledo