Universal Pictures y Leigh Whannell vuelven a juntarse para revivir a otro monstruo clásico de la compañía tras hacerlo en 2020 con El hombre invisible. Hombre Lobo, protagonizada por Christopher Abbott y Julia Garner busca aterrar al público con una cinta que combina home invasion y body horror bajo la luz de la luna, ¿lo consigue? Te lo contamos en nuestra crítica de Hombre lobo (2025).
- Fecha de estreno: 17 de enero de 2025 en cines
- Género: Terror
- País: Estados Unidos
- Año: 2025
- Dirección: Leigh Whannell
- Reparto: Christopher Abbott, Julia Garner, Sam Jaeger, Matilda Firth, Benedict Hardie, Ben Prendergast, Zac Chandler, Beatriz Romilly, Milo Cawthorne
Sinopsis de Hombre lobo
¿Y si alguien a quien quieres se convirtiera en algo siniestro?
Blumhouse y el visionario guionista y director Leigh Whannell, creadores de la escalofriante versión moderna de El hombre invisible, vuelven con una nueva y aterradora pesadilla lupina: Hombre lobo.
El nominado a los Globos de Oro Christopher Abbott (Pobres criaturas, Llega de noche) protagoniza esta historia en el papel de Blake, un hombre casado y padre de familia residente en San Francisco que hereda la remota casa donde creció en una zona rural de Oregón tras la desaparición de su propio padre, dado por muerto. En plena crisis de pareja con su enérgica esposa Charlotte (la ganadora de tres Premios Emmy Julia Garner; Ozark, ¿Quién es Anna?), Blake la convence para tomarse un descanso de la gran ciudad y visitar la propiedad con su hija Ginger (Matilda Firth; Hullraisers, Coma).
Todo se tuerce cuando, de camino a la granja y en plena noche, la familia sufre el brutal ataque de un animal al que no consiguen ver y, en un intento desesperado por huir, se atrincheran dentro de la casa mientras la criatura merodea por la zona. Pero, con el paso de las horas, Blake comienza a comportarse de un modo extraño y a convertirse en algo irreconocible, y Charlotte se verá obligada a decidir si esa monstruosidad es más letal que el peligro que acecha en el exterior.
Completan el reparto Sam Jaeger (El cuento de la criada), Ben Prendergast (el audiodrama The Sojourn) y Benedict Hardie (El hombre invisible), junto con Zac Chandler, que debuta en la gran pantalla, Beatriz Romilly (Shortland Street) y Milo Cawthorne (Shortland Street).
Sobre la película
Hombre lobo está dirigida por Whannell y escrita por Whannell y Corbett Tuck, cuyos anteriores títulos de Blumhouse incluyen El hombre invisible, Upgrade e Insidious: Capítulo 3.
La película está producida por el fundador y presidente de Blumhouse Jason Blum y por Ryan Gosling (El especialista, Lost River) y la producción ejecutiva corre a cargo de Leigh Whannell, Beatriz Sequeira, Mel Turner y Ken Kao. Universal Pictures y Blumhouse presentan HOMBRE LOBO, una producción de Gosling/Waypoint Entertainment, en asociación con Cloak & Co.
Crítica de ‘Hombre lobo’
Tal y como te adelantaba al comienzo de esta crítica, Leigh Whannell regresa al universo de los monstruos clásicos con Hombre Lobo. En este caso va más allá de una mera revisión superficial del mito licántropo dotando al film de personalidad propia. Siendo francos, Hombre lobo no consigue alcanzar la maestría de su predecesora, sin embargo, la película consigue mantenernos al borde del asiento durante sus 103 minutos de metraje.
El drama oculto bajo capas de terror
Uno de los puntos fuertes de Hombre Lobo, y lo que la distingue de otras películas del género, es su enfoque en las relaciones familiares. Aunque no soy especialmente fan de Christopher Abbott, en esta ocasión su interpretación logra transmitir una autenticidad apabullante, en gran parte gracias a la transformación —física y emocional— que atraviesa su personaje a lo largo del relato. En medio de momentos de tensión y horror que podrían hacernos apartar la mirada de la pantalla, la cinta pone sobre la mesa temas profundamente humanos: las cicatrices de la infancia y el temor a repetir los errores de nuestros padres.
A través de este prisma, vemos cómo el personaje de Abbott lucha por no convertirse en lo que fue su propio padre, enfrentándose a una transformación tan dolorosa como inevitable, tanto física como mentalmente. Es imposible no empatizar con él y su desgarradora situación. Esto es, sin duda, lo que más me ha cautivado de la película: ese viaje emocional, esa lucha interna del protagonista. Leigh Whannell nos muestra con maestría este recorrido desde la perspectiva del licántropo, y no solo desde la de su familia. Este enfoque lo aleja del cine más convencional del género, que a menudo sacrifica el drama y la profundidad emocional en favor de sustos fáciles y fórmulas predecibles.
Efectos prácticos y diseño sonoro de primera
A la hora de hablar del apartado técnico no podemos más que destacar el compromiso de Whannell con los efectos prácticos. La transformación del protagonista es menos explícita que en otros clásicos del género, sí, sin embargo, no puedo más que aplaudir ese enfoque gradual que prioriza la tensión y el asombro. Esto, combinado con un diseño sonoro que nos sumerge en los sentidos alterados del licántropo, le da a la película un nivel inmersivo difícil de ignorar.
Perdona que indague un poco más en este apartado, pero es que el uso del sonido no solo acompaña, sino que amplifica la propia narrativa. Los latidos, los susurros y los rugidos son mucho más que meros efectos para asustar al espectador; son parte de la experiencia emocional del protagonista que Whannell quiere que vivamos junto a sus personajes.
Un enfoque atrevido
En Hombre lobo, Leigh Whannell se atreve a desafiar las expectativas del género. Deja de lado las lunas llenas y las balas de plata para presentar una versión más humana y permanente del hombre lobo, vinculada a una enfermedad transmisible. Hablamos de un enfoque más realista que, aunque puede desilusionar a los puristas de la mitología del hombre lobo, da lugar a una historia diferente, que prioriza los conflictos internos sobre los sustos tradicionales.
Además, la cámara de Whannell se convierte en un narrador más. Seremos testigos de ángulos cerrados que generan claustrofobia, otros más amplios que muestran la inmensidad del aislamiento de la familia y movimientos que nos meten de lleno en el cerebro del protagonista. Cada decisión visual está cuidadosamente pensada para reforzar el mensaje de la película.
En definitiva…
Hombre Lobo no es una película perfecta y, ciertamente, puede desilusionar a quienes lleguen con expectativas demasiado altas. Sin embargo, es innegable que estamos ante una obra con identidad propia. En un panorama lleno de producciones genéricas (con excepciones como Heretic o La Sustancia), la propuesta de Leigh Whannell sobresale gracias a su valentía y su enorme capacidad a la hora de equilibrar lo visceral con lo emocional.
Aunque algunos elementos, como la elección de Julia Garner en el reparto, podrían haber sido más acertados, la película logra destacar gracias a un enfoque atrevido y diferente. Es una obra que se arriesga, apostando por una narrativa que, en no pocas ocasiones, resulta desgarradora. Para aquellos que buscan una experiencia que se aleje de los convencionalismos del género, Hombre Lobo podría ser una apuesta más que recomendable.
Esta crítica ha sido posible gracias a OCINE.