Seré sincero, desde que se anunció una serie de Ironheart (personaje que conocimos en Black Panther: Wakanda Forever), mi hype por la misma era igual a cero. Y es que, la secuela de Ryan Coogler no me gustó en absoluto y el personaje de Riri Williams no me parecía lo suficientemente interesante como para dedicarle una serie exclusiva.
Tras haber visto los seis capítulos que compone esta serie, debo reconocer que Marvel y Disney me han callado la boca. Deja que te hable de ella.
- Fecha de estreno: Desde el 25 de de 2025 en Disney+
- Género: Ciencia ficción, Acción, Aventura, Marvel
- País: Estados Unidos
- Año de lanzamiento: 2025
- Reparto: Dominique Thorne, Anthony Ramos
- Plataforma:
Disney+
Tras su primera aparición en la película Black Panther: Wakanda Forever (2022), dirigida por Ryan Coogler, el personaje de Riri Williams, conocido como Ironheart, protagoniza su propia serie en el universo de Marvel Television. Ironheart narra la historia de una joven inventora prodigio, interpretada por Dominique Thorne, cuya brillantez y habilidades en ingeniería le permiten diseñar avanzados trajes de hierro capaces de rivalizar con los del mismísimo Iron Man. La serie sitúa los acontecimientos tras la mencionada película, cuando Riri regresa a su ciudad natal, Chicago, decidida a dejar una huella indeleble en el mundo a través de su tecnología única.
La historia se intensifica cuando la determinación de Riri por desarrollar sus armaduras la lleva a enfrentarse a un nuevo antagonista: Parker Robbins, conocido como el Encapuchado y encarnado por Anthony Ramos. Este personaje introduce un interesante choque temático entre tecnología y magia, aportando una dimensión adicional a la narrativa. La joven protagonista se verá obligada a navegar un entorno de desafíos personales, amenazas externas y decisiones morales, mientras busca su propia identidad en un mundo que constantemente la pone a prueba.
Sobre la serie
Ironheart es un proyecto clave dentro de la expansión del Universo Cinematográfico de Marvel en Disney+. La serie es el resultado de la colaboración entre Marvel Television y Proximity Media, bajo la producción ejecutiva de figuras destacadas como Kevin Feige, Louis D’Esposito, Brad Winderbaum, Zoie Nagelhout, Chinaka Hodge, Ryan Coogler, Sev Ohanian y Zinzi Coogler. Chinaka Hodge también se ha desempeñado como guionista principal de la serie, asegurando una visión coherente y fiel al espíritu del personaje creado en los cómics por Brian Michael Bendis y Mike Deodato en 2016. La serie destaca además la aportación creativa de la guionista Eve Ewing, quien contribuyó a consolidar la historia de Riri Williams en las viñetas situando su trayectoria en Chicago.
La banda sonora original corre a cargo de Dara Taylor, aportando una dimensión sonora que acompaña y potencia el viaje emocional y épico de la protagonista. La serie se estrena en exclusiva en Disney+ el 25 de junio de 2025, posicionándose como uno de los lanzamientos más esperados de la plataforma dentro del género de superhéroes.
Crítica de Ironheart: una auténtica sorpresa
Lejos de imitar el tono de otras producciones del UCM, Ironheart apuesta por un enfoque más urbano, cercano al estilo narrativo (que no visual) que ya habíamos visto en Spider-Man: Into the Spider-Verse o incluso en propuestas como The Boys, con títulos integrados de forma diegética en el plano y una ambientación que respira barrio, comunidad y calle. En ese sentido, la serie capta con acierto el entorno de una Chicago vibrante, pero también golpeada por la violencia y la desigualdad, donde la tecnología de Riri es una herramienta de empoderamiento y, a su vez, también de supervivencia.
De la expulsión al renacimiento
El punto de partida narra cómo Riri es expulsada de la universidad por vender sus inventos a estudiantes de otras facultades. No hay redención académica aquí. La serie toma la valiente decisión de situar a su protagonista fuera del sistema desde el primer episodio, devolviéndola a su barrio, donde su entorno y sus traumas definen buena parte del conflicto que se va desarrollando.
La figura de Tony Stark está presente como referente (aunque nunca de forma explícita), pero Riri no es una simple copia. Si Stark nació con una fortuna bajo el brazo, Williams se forja en la adversidad, ensamblando su armadura con piezas robadas, ideas brillantes y una rabia contenida. El personaje crece, evoluciona, se equivoca. Y ahí reside parte de su fuerza.
Magia y tecnología: una dicotomía bien hilada
Uno de los puntos más interesantes de Ironheart es la inclusión de Parker Robbins, alias el Encapuchado, interpretado por Anthony Ramos. Este antagonista introduce un terreno inesperado en la serie: el de la magia. El enfrentamiento entre Robbins y Riri trasciende el plano físico para convertirse en una alegoría del eterno conflicto entre lo irracional y lo científico. Y aunque el grupo criminal que lo acompaña cae a menudo en la caricatura (sí, son estereotipos con patas: el hacker, la experta en explosivos, el músculo, etc.), el propio Parker plantea dilemas interesantes. Su capucha misteriosa e intocable, sin origen claro (al menos hasta el final de la serie), actúa como un MacGuffin que mantiene el misterio sin necesidad de explicaciones constantes. Funciona.
Eso sí, en un principio Anthony Ramos no termina de encajar del todo en el rol. Su presencia resta más que suma, y su estética, más cercana a una partida de Dungeons & Dragons que a un thriller urbano, genera cierta disonancia. Afortunadamente, esta sensación va disipándose a lo largo de la serie y al final se convierte en un gran pilar dentro de la misma, y estas primeras sensaciones no son suficientes para empañar la evolución del personaje de Riri, que cada vez se siente más sólida.
Inteligencias artificiales, traumas y un holograma incómodo
Uno de los elementos más discutibles, en mi opinión, es la presencia de Natalie, la mejor amiga fallecida de Riri que regresa como una IA holográfica. Si bien la dinámica entre ambas logra momentos de intimidad y humor, el personaje de Natalie resulta difícil de justificar narrativamente. Es demasiado humana, demasiado emocional para ser una simple IA. ¿Estamos ante una copia digital del cerebro de Riri? La serie lo insinúa, pero nunca lo desarrolla del todo, lo que puede desconcertar al espectador.
Por otro lado, el personaje de Joe —que colabora con Riri en la creación del nuevo traje— introduce interesantes reflexiones sobre el uso ético de la IA y su impacto en las relaciones humanas. También sirve de puente para conectar a la protagonista con otros elementos del UCM, revelando ciertos vínculos familiares que no conviene spoilear aquí, pero que aportan peso emocional y expanden el universo sin forzarlo.
Y ya que hablamos de spoilers… Como era de esperar, Ironheart no se libra de apariciones muy esperadas y giros argumentales que pueden sorprender a más de uno (y que a mí me han gustado mucho).
Apartado visual y banda sonora: luces y sombras
Visualmente, Ironheart presenta una dualidad interesante. Las secuencias de vuelo con la nueva armadura están logradas, con efectos que rozan el nivel cinematográfico, especialmente en los enfrentamientos aéreos y en los momentos de introspección que la protagonista vive dentro del traje. Sin embargo, no todos los efectos están a la altura. Algunos planos, especialmente en una de las incursiones del grupo criminal, parecen sacados de una producción de menor presupuesto.
En cuanto a la música, la banda sonora original de Dara Taylor combina elementos urbanos con otros más épicos, y el resultado funciona de maravilla. Es un score que se adapta a cada escena, dando más tensión cuando es necesario y acentuando el tono emocional de los momentos más íntimos. El uso del trap, del hip hop y de sonidos sintetizados refuerza la identidad joven y contestataria de la protagonista.
Una serie con alma… y con agenda
Es inevitable hablar de cómo la serie ha sido tildada de woke por determinados sectores. La presencia de personajes trans, gays y racializados no es gratuita ni anecdótica, sino que responde a una intención clara de representar un mundo más real y diverso. Ironheart no impone su discurso, simplemente lo muestra. Y si a alguien le incomoda ver a personas trans en pantalla, probablemente el problema no esté en la serie, sino en las pocas neuronas del espectador.
Aun así, es cierto que algunos personajes secundarios no reciben el desarrollo que merecen. El equipo de ladrones al que Riri se une en cierto momento se construye a partir de clichés funcionales, sin apenas matices. En ese sentido, se echa de menos algo más de riesgo narrativo.
Dominique Thorne, una protagonista para recordar
Si algo hace funcionar Ironheart, es su protagonista. Dominique Thorne brilla en cada escena, dotando a Riri de una mezcla perfecta entre vulnerabilidad y determinación. Su evolución a lo largo de la serie es más que reseñable, y su interpretación consigue conectar incluso cuando el guion se vuelve algo tramposo (que lo hace, sobre todo cuando hablamos de la ya mencionada Natalie y su existencia no del todo justificada). El conflicto con su madre, por ejemplo, es uno de los puntos más humanos de la serie, con una construcción dramática que evita caer en el melodrama barato y que ofrece algunas de las secuencias más emotivas del conjunto.
Un final prometedor (Ironheart sí tiene escena postcréditos)
Ironheart no se limita a ser una historia de origen. Su última tanda de episodios introduce a personajes largamente esperados por los fans de Marvel, dejando entrever conexiones futuras que podrían tener un impacto importante en el UCM. El último capítulo cierra con una escena postcréditos, eso sí, más anecdótica que reveladora.
Y es que lo verdaderamente interesante es el punto en el que queda Riri. Ha pasado de ser una joven ingeniera en el exilio académico a convertirse en una de las figuras con mayor potencial dentro del nuevo Marvel y, además, queda en un punto álgido que no puedo esperar a ver cómo continuará su historia.
En definitiva: Ironheart me ha sorprendido gratamente
Ironheart sorprende. Lo hace porque arriesga desde la forma y desde el fondo, porque no teme hablar de duelo, de familia, de desigualdad ni de identidad en un mundo donde todo parece estar medido al milímetro. Tiene sus defectos —una narrativa a veces atropellada, personajes secundarios poco trabajados y efectos que no siempre convencen—, pero sus virtudes los superan con creces.
La serie crece episodio a episodio y, como el propio personaje de Riri Williams, termina encontrando su lugar. Puede que no sea perfecta, pero tiene alma, algo que muchas producciones del UCM han perdido por el camino. La recomiendo sin lugar a dudas.