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Valoración

La cineasta francesa Noémie Merlant dirige coescribe y protagoniza Las chicas del balcón, una sórdida comedia feminista que promete dar mucho que hablar.

La película tuvo su estreno mundial en el pasado festival de Cannes y hemos tenido que esperar casi un año para verla en las carteleras de España, a las que llega gracias a la implicación de la plataforma FILMIN.

  • Fecha de estreno: 14 de marzo de 2025
  • Género: Comedia, Terror
  • País: Francia
  • Año: 2024
  • Duración: 105 min
  • Dirección: Noémie Merlant
  • Reparto: Noémie Merlant, Sanda Codreanu, Souheila Yacoub

Las chicas del balcón arranca en un sofocante día de ola de calor en Marsella, al sur de Francia, con la cámara deslizándose de balcón en balcón al más puro estilo hitchcockiano. En uno de los pisos vive Nicole (Sanda Codreanu), una escritora voyeur que comparte piso con Ruby (Souheila Yacoub, “Dune: Parte Dos”), una extrovertida camgirl que es la viva imagen de la libre sexualidad. A ellas se suma una desesperada actriz vestida de Marilyn Monroe, Élise (Noémie Merlant), atrapada en una relación tóxica. Tras una noche de locura, Ruby regresa al piso ensangrentada y con claros signos de enajenación mental.

Sobre la película

En este rape and revenge (en español: violación y venganza), Merlant señala la violencia machista y lo hace a través de situaciones que parten de realidades que ella ha vivido desde su pasado como modelo hasta su actualidad como actriz y cineasta: “Todo surgió por una situación real que me sucedió a mí misma y de la que tuve que huir porque no me sentía bien. Me refugié con mis amigas, viví en un gineceo durante varios meses, y fue otra dinámica vital. Enfrente, teníamos a un vecino –nada que ver con el de la película–, y le veíamos observarnos. Le producía curiosidad nuestra libertad, la desnudez con la que nos paseábamos, que no era seductora sino de pura confianza entre nosotras. Este es el punto de partida de la película, una gran fuerza liberadora que nos lleva al humor, al gore, al exceso, a lo absurdo, a lo fantástico”.

Es a partir de esta realidad que Merlant construye una fábula delirante y festiva a la vez que reivindicativa, y lo hace mano a mano con Céline Sciamma, ganadora del Premio al Mejor Guion en el Festival de Cannes por “Retrato de una mujer en llamas”. Sobre la colaboración con Sciamma, quien figura también como productora ejecutiva de la película, Merlant comenta: “Ella conoce muy bien mi universo, entiende mi personalidad y mi forma de escribir, tan desmesurada y desestructurada como es. El proceso fue muy fluido, Céline proponía sin imponer nada, comprendiendo mis intuiciones –mis ganas de hacer género, comedia, ese lado un poco loco, fantasmagórico, que para mí era esencial”.

La directora de “Mi iubita, mon amor”, más conocida en su faceta de actriz por “Retrato de una mujer en llamas”, “Un año, una noche” o la más reciente “Emmanuelle”, regresa con una comedia de terror feminista de tintes gore, ambientada en la calurosa Marsella, sobre tres amigas y su atractivo vecino. Merlant, que ha escrito el guion junto a Céline Sciamma (“Petite Maman”, “Retrato de una mujer en llamas”), ofrece aquí con sus impulsos más indomables y enérgicos una “comedia punk desatada”, en sus propias palabras, sobre un homicidio en legítima defensa. La película tuvo su premiere mundial en la Sección Oficial (Sesión de Medianoche) en el Festival de Cannes y su estreno español en Atlàntida Mallorca Film Fest.


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Crítica de Las chicas del balcón

Viendo lo arriesgado de la propuesta, sería difícil pensar que estamos hablando de una ópera prima.

El debut tras las cámaras, de la actriz ganadora de un premio César, es poderoso y no hace ningún tipo de concesión al establishment cinematográfico.

El tono

Es difícil encasillar esta producción en un género concreto. Con su combinación de suspense, violencia, elementos de terror, un humor irreverente y una crítica social punzante, Merlant es capaz de construir un relato sorprendente.

Dejando a un lado, una impactante escena en los primeros minutos, sus compases iniciales nos recuerdan al Pedro Almodóvar de sus inicios. Sin embargo, cuando creemos estar familiarizados con la propuesta cinematográfica, la directora incluye un elemento disruptivo que hace que la cinta dé un giro hacia lo impredecible, obligándonos a cogerle de nuevo el pulso a la historia.

Si tuviéramos que buscar algún otro referente anterior, podríamos decir que las chicas del balcón sitúa a personajes similares a los del director manchego, en un entorno parecido al de Haz lo que debas de Spike Lee.

Todo se sucede durante una ola de calor que incita a la violencia.

La representación masculina

Merlant, que escribe el guion junto a Céline Sciamma (Retrato de una mujer en llamas),
usa, deliberadamente, personajes masculinos detestables.

Es evidente el lugar en el que la cineasta francesa sitúa el blanco de su crítica. Aprovechados, abusadores, violadores, mezquinos… todos ellos desfilan ante nosotros provocando un rechazo visceral casi inmediato. Y aquí es donde llega la polémica. Este tipo de propuestas levanta asperezas entre un público masculino heterosexual que, por algún motivo, se sienten directamente interpelados por este tipo de historias.

Bajo argumentos como: no todos somos iguales o por qué no hay ningún personaje masculino positivo, este sector de la audiencia reacciona siempre con rechazo y virulencia a propuestas narrativas que ponen en el foco la consecuencia indeseable de la masculinidad tóxica.

A nivel técnico y formal

Si la directora francesa parece no acomodarse a la hora de escribir el guion, tampoco lo hace a nivel técnico y formal. Desde sus compases iniciales, Merlant demuestra una gran capacidad para comunicarse de manera visual, haciendo gala de un virtuoso manejo de la cámara, de los colores y de la luz.

Su cuidada puesta en escena o su descripción estética de los personajes y de sus entornos, muestran que, a pesar de ser su primera película como directora, la cineasta tiene las ideas muy claras.

El guion está lleno de temas tabú, tratados con naturalidad y de manera explícita y la cámara es coherente con esa propuesta. La lente del objetivo no duda en mostrarnos con claridad, y sin pudor, todo lo que le sucede a los personajes, por sórdido que sea.

Conclusión

Por su controvertida temática y la forma de abordarla, podríamos decir que nos encontramos ante la película más valiente y polémica en lo que va de año.

Está cinta, tan destinada a polarizar a la opinión pública, como a perdurar dentro del séptimo arte, no dejará indiferente a nadie.

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