Fekete pont lesson learned pelicula critica

Valoración

Dentro del marco del Festival de cine de las Palmas he podido disfrutar de películas como Lesson Learned (Fekete Pont), propuesta que llega desde Hungría y que, francamente, ha sido una de las mejores cintas que he podido ver este año.

  • Fecha de estreno: Próximamente
  • Género: Drama
  • País: Hungría
  • Año: 2024
  • Duración: 119 min
  • Dirección: Bálint Szimler
  • Reparto: Anna Mészöly, Paul Mátis, Ákos ‘Dadan’ Kovács, Attila Papp, Józsi Balázs, Mihály Deák-Molná
  • Música: Dorka Lajhó, Péter Sabák

Bálint Szimler explora el choque entre modernidad y tradición a través de Juci, una joven profesora que desafía los métodos de enseñanza de un sistema obsoleto, y Palkó, un alumno que acaba de llegar de Berlín e intenta encajar en un entorno que desalienta la individualidad.

Sobre la película

Lesson Learned, título original Fekete pont, es una obra de docuficción dirigida por Bálint Szimler que combina sensibilidad social y mirada crítica para abordar los fallos estructurales del sistema educativo húngaro. Producida por Boddah y CineSuper, con distribución internacional de Lights On, la película tuvo su estreno mundial en Locarno 2024 (Cineasti del Presente), donde recibió una mención especial y el Premio Cineuropa, además del galardón a la mejor interpretación para Anna Mészöly.


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Crítica de Lesson Learned (Fekete Pont)

Lesson Learned es una obra que combina sensibilidad social y mirada crítica para hablarnos, ni más ni menos, que de los fallos estructurales de un sistema educativo que ya huele a podrido. A través de Juci, una joven profesora de literatura que desafía el sistema con métodos más humanos, y Palkó, un alumno recién llegado de Berlín que intenta encajar sin perderse a sí mismo, la cinta disecciona las miserias de una institución que parece diseñada para aplastar cualquier atisbo de individualidad.

Cruda y realista

La película tiene ese aire realista y crudo que, a ratos, puede resultar doloroso de ver. Hay momentos donde la pantalla se convierte en un espejo incómodo que te obliga a preguntarte: ¿cómo hemos llegado hasta aquí? ¿por qué seguimos apostando por un modelo educativo que prioriza la obediencia y la memorización por encima de la creatividad, la empatía y el pensamiento crítico? Y sí, puede que hayamos visto historias similares antes, pero creedme: pocas veces contadas con esta sensibilidad y esta autenticidad.

Me funciona, además, el pequeño desahogo cómico que encontramos en una subtrama relacionada con una ventana —un respiro necesario en una historia que por momentos te da un buen puñetazo emocional—. Son toques sutiles de humor que no rompen el tono general, sino que lo equilibran. Algo muy difícil de conseguir y que aquí está ejecutado con una naturalidad envidiable.

Los protagonsitas de Lesson Learned

Anna Mészöly (a quien algunos recordaréis por su papel en The Brutalist) está simplemente maravillosa. Interpreta a Juci con una ternura y una fuerza que te atrapan desde el primer momento. No es una heroína perfecta ni falta que hace: es una mujer real, con sus miedos y contradicciones, pero también con un amor genuino por sus alumnos que traspasa la pantalla.

Y qué decir de Paul Mátis, el joven actor que interpreta a Palkó. Brutal. De esos niños actores que no ves actuar, simplemente ves vivir. Consigue que conectes con su soledad, su miedo, sus ganas de encontrar su sitio en un entorno que le rechaza de forma brutal. Hay miradas suyas que se te clavan en el alma. No exagero.

Una película necesaria, valiente y conmovedora

Lesson Learned no solo te muestra los abusos y las carencias del sistema educativo húngaro, sino que plantea cuestiones universales. En demasiados lugares del mundo seguimos poniendo al frente de las aulas a personas que no sienten ningún amor por la enseñanza ni por los niños. Personas que actúan desde la frustración o el desprecio, y que hacen que instituciones que deberían ser espacios de crecimiento se conviertan en auténticas cárceles emocionales.

La película plantea todo esto de manera frontal pero sin caer en el melodrama fácil, lo cual tiene muchísimo mérito. Se nota que detrás de la cámara hay alguien que entiende perfectamente la materia que está tratando, y que la respeta profundamente.

Estamos ante una cinta necesaria, valiente y conmovedora. Una película que, aunque habla de Hungría, podría estar hablándonos perfectamente de cualquier barrio de Madrid, de Berlín, de Buenos Aires o de México DF. Porque las injusticias que retrata son universales. Y porque su llamada a la empatía, a la educación real, a la necesidad de cambiar las cosas desde la base, es más urgente que nunca.

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