Ohana significa familia. Y familia significa que nadie se queda atrás ni se olvida. Esa frase, que resonó con fuerza en 2002, regresa más de dos décadas después con esta reinterpretación del clásico animado, que combina acción real con CGI y que, en esta ocasión, aterriza en nuestras salas bajo la dirección de Dean Fleischer Camp, responsable de la entrañable Marcel the Shell with Shoes On.
A la hora de hablar de los live action de Disney hay muy pocos que destacar. Pero quizá aquí valga la pena detenerse y disfrutar de nuestra estancia por Hawaii.
- Fecha de estreno: 23 de mayo de 2025
- Género: Ciencia ficción, Comedia, Disney, Infantil
- País: Estados Unidos
- Año: 2025
- Dirección: Dean Fleischer Camp
- Reparto: Maia Kealoha, Sydney Agudong, Zach Galifianakis, Billy Magnussen, Hannah Waddingham, Courtney B. Vance, Tia Carrere, Amy Hill, Jason Scott Lee
La entrañable historia de Lilo, una niña hawaiana que adopta a Stitch, un experimento genético alienígena diseñado para causar caos, regresa en una nueva adaptación que combina acción real y CGI. Juntos, Lilo y Stitch descubrirán el verdadero significado de la familia y la amistad mientras enfrentan desafíos y aventuras en la paradisíaca isla de Hawái.
Esta reinterpretación del clásico animado de 2002 está dirigida por Dean Fleischer Camp, conocido por «Marcel the Shell with Shoes On». El elenco incluye a Maia Kealoha como Lilo y a Sydney Agudong como su hermana mayor, Nani. Chris Sanders, co-creador de la película original, retoma su papel como la voz de Stitch. La película busca mantener la esencia y el encanto de la original, presentando una narrativa que resalta la importancia de la ‘ohana’ (familia) y la aceptación de las diferencias.
Crítica de Lilo & Stitch
En esta nueva versión de Lilo & Stitch (2025), el relato se mantiene fiel al espíritu original, aunque con algunos matices contemporáneos que, para bien o para mal, dan forma a una película que logra emocionar sin reinventar la rueda.
Lo primero que hay que destacar es el acierto en el casting. La joven Maia Kealoha brilla como Lilo, con una naturalidad desbordante en cada plano. La relación con su hermana Nani (interpretada por Sydney Agudong) es el verdadero corazón de la película, y es ahí donde se concentra todo el conflicto emocional. La ausencia de los padres, el peso de la responsabilidad a tan temprana edad y la aparición de Stitch como elemento disruptor, siguen funcionando con una efectividad pasmosa.
En cuanto al apartado visual, el CGI no molesta. Stitch sigue siendo un personaje encantador, aunque en este nuevo envoltorio pierde parte del encanto “cartoon” que tenía su versión original. Pero funciona. Y más si tenemos en cuenta que su voz vuelve a estar en manos de Chris Sanders, quien también lo interpretó en la película del 2002. Un detalle que se agradece.
Por otro lado, es necesario hablar del humor. Aquí la cinta patina un poco. Si bien los momentos cómicos protagonizados por Zach Galifianakis y Billy Magnussen consiguen arrancar alguna sonrisa (su dúo cómico, todo sea dicho, encaja bastante bien), lo cierto es que la película no termina de alcanzar el nivel humorístico de otras producciones recientes del sello Disney. Es entretenida y divertida, pero no memorable.
Lo que sí logra esta versión es conectar emocionalmente con el espectador. La relación entre las hermanas, el sentimiento de pérdida, el deseo de pertenencia… Todo ello se representa con sensibilidad y sin estridencias. El guion no es perfecto y por momentos se nota una cierta contención narrativa que evita explorar nuevos caminos, pero tampoco lo necesita. Se trata, al fin y al cabo, de una historia que ya conocemos y que se sostiene por el puro cariño que le tenemos.
El tramo final, previsible pero eficaz, pone en valor todo lo sembrado anteriormente, y si bien se echan en falta algunos detalles (como la ausencia imperdonable de la versión de Café Quijano en los créditos finales, que fue uno de los elementos más entrañables de la película original en nuestro país), el conjunto es más que satisfactorio.
¿Vale la pena?
Lilo & Stitch (2025) es una adaptación respetuosa y competente, que recupera el alma de la original sin intentar reinventarla. Una propuesta sencilla pero efectiva que, aunque no destaca por su innovación, sí lo hace por su calidez. No es una obra revolucionaria, pero sí un regreso agradable al corazón de muchos. Para quienes crecieron con la historia de Lilo y su peculiar mascota alienígena, este reencuentro tiene sabor a hogar.
Esta crítica ha sido posible gracias a OCINE.