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Valoración

El cineasta donostiarra Borja Cobeaga escribe y dirige Los Aitas, una comedia familiar llena de caras conocidas.

Tirando de recuerdos de su infancia, el director reflexiona sobre los cambios en los modelos de paternidad, en una road movie plagada de referencias a la Europa de finales de los 80.

La película llega a los cines españoles el 21 de marzo, solo un par de días después de su paso por el Festival de Málaga.

  • Fecha de estreno: 21 de febrero de 2025
  • Género: Comedia, Road Movie
  • País: España
  • Año: 2025
  • Dirección: Borja Cobeaga
  • Reparto: Juan Diego Botto, Quim Gutiérrez, Ramón Barea, Sofía Otero, Laura Weissmahr, Mikel Losada, Iñaki Ardanaz, Dominique Dauwe

En la periferia obrera del Bilbao de finales de los 80, un equipo infantil de gimnasia rítmica se prepara para participar en un campeonato que se celebrará en Berlín. Ante la imposibilidad de que las madres acompañen a sus hijas, la tarea recaerá en los padres, que no parecen muy interesados en el viaje, ni en ese deporte, ni incluso en sus propias hijas. Será un largo viaje donde descubrirán, mientras cae el muro de Berlín, una nueva manera de ser padres.

Sobre la película

Los aitas es una producción de Inicia Films, BTeam Prods, Sayaka Producciones y Despadres AIE en coproducción con la empresa belga UMEDIA y con el apoyo de ICEC, Movistar+, RTVE, EITB, TV3, ICAA y Gobierno Vasco.

Cobeaga, que coescribe el guión junto a Valentina Viso (No me gusta conducir, Salve María), habla sobre el origen de la idea para el proyecto y las claves sobre éste:

«En 1989, año en que transcurre Los aitas, yo tenía 12 años. Es la edad que tienen las chicas protagonistas de la película. Soy padre y éste es el primer guión que escribo sobre la paternidad, pero me he dado cuenta de que la historia va sobre todo de ser hijo o hija. De cómo el modelo de paternidad cambió entre la generación de mi padre y la mía. La forma de contarlo es a través de una comedia tierna. Los aitas es una película de carretera que busca emocionar y hacer reír.»

«Nunca había hecho una película tan coral y ése es uno de los desafíos del proyecto. Pero también tiene la ventaja de trabajar con un montón de actrices y actores. Desde el perfecto combo de padres al que dan vida Quim, Juan, Mikel e Iñaki al reparto infantil. Nunca había trabajado con niñas y niños protagonistas y me lo pusieron fácil. Es la primera vez que trabajo con Laura Weissmahr y es perfecta para el papel de entrenadora. Y es la sexta o séptima vez que Ramón Barea está en algo mío. Y está perfecto, como siempre.»


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Crítica de Los Aitas

Borja Cobeaga tiene una sensibilidad especial a la hora de retratar a sus personajes. Sus guiones están plagados de hombres y mujeres de a pie, reconocibles y entrañables.

En Los Aitas, consigue hacernos empatizar con unos padres poco implicados que no son más que producto de la educación que recibieron.

A pesar de tener muchas cosas positivas, que las tiene, la película se queda a medio gas y no termina de explotar su parte cómica, ni su vertiente más emocional.

El contexto social

Cobeaga ha declarado la presión que le ha supuesto situar su película en un contexto histórico y social tan reconocible.

Con los cierres de las fábricas de Bilbao y la caída del muro de Berlín de fondo, el director se ha asegurado de recoger con fidelidad el sentir de esa generación. Declara haber visto una infinidad de documentales y entrevistas a los trabajadores que se quedaron en paro durante aquellos años tan duros para evitar ofender a los espectadores que vivieron aquella época en primera persona.

El resto viene de casa. Empezó a escribir el guion después de haberse convertido en padre, aunque confiesa que la película está más enfocada a su yo hijo y a su propia relación con su progenitor.

Respeto por los personajes

No importa si son un grupo de amigos mezquinos intentando ganar una apuesta (Amigos… 2011), un pagafantas que deja a su novia para encontrar algo mejor (Pagafantas. 2009) o un nacionalista vasco emocionalmente incompetente (Ocho apellidos vascos. 2014), Cobeaga es capaz de plasmar en sus guiones el lado más humano de sus protagonistas.

A llevar este viaje a buen puerto, ayudan las dotes para la comedia de Quim Gutiérrez
Juan Diego Botto, Iñaki Ardanaz y Mikel Losada.

Los intérpretes son capaces de dotar de dimensión a unos personajes que, sobre el papel, deberían caernos mal.

Están muy bien acompañados por Ramón Barea, con una dilatadísima carrera ante las cámaras, y por una recién llegada, Sofía Otero, que a sus once años puede presumir de ser la actriz más joven en ganar el Oso de Plata a la mejor interpretación en el Festival de Berlín, gracias a su papel en 20.000 especies de abejas (Estibaliz Urresola Solaguren. 2023).

A medio gas

Es difícil sacarle el lado cómico a una doble situación de desamparo. Por un lado, el desamparo que sienten aquellos que acaban de quedarse en paro y que, además, tienen una familia que mantener. Por otro, el de unas niñas que asumen como inevitable la poca implicación que sus padres tienen en su día a día.

Aun así, y gracias al trabajo de interpretación de sus protagonistas, Cobeaga es capaz de encontrar esos resquicios del drama por los que se cuela el humor. Un humor de media sonrisa más que de carcajada, pero eficiente en muchas de las escenas.

En pugna por hacerse con ese espacio narrativo está una carga emotiva que asoma la patita cuando la comedia decide dar un paso atrás. Una emoción de lagrimal húmedo más que de llanto desaforado, pero igualmente eficiente.

Aun consiguiendo combinar esta difícil amalgama entre ambos tonos, lo cierto es que Los Aitas se siente a medio gas. Esa contención elegida, por miedo a perder ese equilibrio, resulta en una historia algo plana que ni es hilarante ni memorable en lo emocional.

Nuestra valoración de Los Aitas

Últimamente, nos da miedo utilizar la etiqueta de comedia familiar por lo mancillado que está el término a causa de los despropósitos cinematográficos de Santiago Segura y compañía.

Afortunadamente, Cobeaga no es Segura y la sensibilidad de ambos está cerca de la dualidad entre Jekyll y Hyde.

En Los Aitas, vamos a encontrar unos personajes entrañables marca de la casa, un gran diseño de producción capaz de hacernos viajar en el tiempo, unas actuaciones que explotan al máximo la vis cómica del elenco y más de una escena cargada de emoción.

Sin embargo, su ritmo algo desigual y su contención dramática y cómica, hace que tengamos la sensación de que el director está, constantemente, pisando el freno del autobús en el que viajan sus personajes.

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