Tras su paso por el festival de cine Valladolid, The Brutalist llega finalmente a los cines españoles el día 24 de Enero de 2025 gracias a Universal Pictures Spain.
- Fecha de estreno: 24 de enero de 2024
- Género: Drama
- País: Estados Unidos
- Año: 2024
- Duración: 215 min
- Dirección: Brady Corbet
- Reparto: Adrien Brody, Felicity Jones, Guy Pearce
The Brutalist es una película de Brady Corbet, ganador del León de Plata a mejor dirección en el Festival de Cine de Venecia de 2024. La cinta está protagonizada por Adrien Brody (El pianista), Felicity Jones (La teoría del todo) y Guy Pearce (Memento, L.A. Confidential).
Huyendo de la Europa de la posguerra, el visionario arquitecto László Toth llega a Estados Unidos para reconstruir su vida, su obra y su matrimonio con su esposa Erzsébet tras verse obligados a separarse durante la guerra a causa de los cambios de fronteras y regímenes. Solo y en un nuevo país totalmente desconocido para él, László se establece en Pensilvania, donde el adinerado y prominente empresario industrial Harrison Lee Van Buren reconoce su talento para la arquitectura. Pero amasar poder y forjarse un legado tiene su precio…
Crítica de The Brutalist
Brutalismo: Movimiento artístico, especialmente arquitectónico, que se caracteriza por enfatizar la naturaleza expresiva de los materiales.
De la nada, llenando de forma sorpresiva el vacío de un espacio diáfano y falto de un determinado tipo de cine tan añorado cómo extinto, Brady Corbet ha sido capaz de poner en pie un monolito artístico de proporciones áureas, materiales meticulosamente seleccionados y pulidos hasta lo enfermizo y de una composición estética sobrecogedora. Con tan sólo diez millones de dólares se ha obrado un milagro, The Brutalist reencarna el espíritu pretérito de algunas de las más ambiciosas e indomables obras de la ficción audiovisual. Recogiendo el testigo de cintas de carácter a priori irreplicable del calado de La Puerta del Cielo (Cimino) o Érase una vez en Ámerica (Sergio Leone), Corbet confecciona una epopeya clasicista que habla sin tapujos sobre el reverso oscuro del sueño americano.
Tres Dimensiones
Sirviéndose del brutalismo, esta corriente tan categórica y llamativa, Corbet le da una entidad tridimensional a la película, la cuál justifica y resignifica su título a través de tres distintas vías. Mientras que su protagonista, Laszlo, un genio arquitecto adelantado a su tiempo y alejado de los cánones normativos de su rama profesional, diseña edificios, interiores y opulentas estructuras (tan arrebatadoras que son capaces de quitar el habla y el hipo hasta a los más escépticos), el director configura sus imágenes siguiendo los mismos parámetros. Al mismo tiempo y en tercer lugar, la narrativa relata la ejecución de un acto rupturista de índole cuasi-política, el brutal(ista) éxodo de un desamparado emigrante obligado a huir del nazismo, dejando atrás su preciado status y a su añorada familia.
A lo largo de tres horas y media de metraje, presenciamos el apoteósico éxodo de este arquitecto, un escarpado periplo basado en un hercúleo ejercicio de supervivencia impulsado por dos motores: la auto-convicción de un valor propio que otros son incapaces de ya no reconocer, si no tan siquiera vislumbrar, y el consumo de fuertes opiácios para mitigar la pesada losa que supone el fuerte cóctel que combina la melancolía con la soledad. Una biografía exuberante en forma de montaña rusa que dibuja un amplio abanico de eventos, todos ellos generadores de un vendaval de emociones y reflexiones que sacuden al espectador durante todo el visionado.
Líquido / Sólido
The Brutalist está dividida en dos bloques claramente diferenciados, separados por un intermedio de quince minutos de duración que hace alusión a las antiguas proyecciones en formato analógico, algo tan romántico cómo útil, ya que permite digerir la experiencia de forma más orgánica . El primero de ellos, más accesible y disfrutable para el espectador, se nutre de las propiedades del hormigón líquido. Es de formas plásticas, de un ritmo fluido y sus tempos son fácilmente maleables gracias a la euforia que experimenta el protagonista durante los compases del mismo, resultando en una exhibición constante de una espectacularidad impactante.
Por otro lado, el segundo es de una naturaleza más exigente, más árida. El material es el mismo, sigue siendo hormigón, si, pero ya solidificado. Robusto, contundente, áspero y rígido, asentado sobre el amargo sabor de la caída tras dejar atrás la subida empinada de un pronunciado auge. Su primera mitad se alimenta de la belleza, mientras que la segunda fagocita el dolor, y es que no siempre es de día y la noche engulle las fachadas que parecen tener vida sólo mientras permanecen iluminadas.
Transformación corpórea
La piedra angular de The Brutalist es sin duda alguna su interpretación principal. En ella, Adrien brody da vida a este peculiar ciudadano del mundo de nacionalidad húngara que es relegado a completar tareas indignas de su talento. Asistimos a un tour de force brillante y exigente, palpable durante todo su prolongado metraje en su transformación cercana a lo corpóreo en una auténtica y arrolladora fuerza de la naturaleza, brindando una interpretación atemporal e incontestable. El resto del reparto, conformado por nombres cómo Guy Pearce o Felicity Jones, cumple su labor a la perfección pero se ve eclipsado, cómo no podía ser de otro modo, por la omnipresencia de Brody. Algo que no desmerece el trabajo del elenco, pero es imposible de obviar.
Conclusión
The Brutalist es una cita imprescindible para los amantes del cine que uno no debe eludir en ningún caso si desea acudir al renacimiento de un cine extinto, y testamentario en el mejor de los sentidos. Un hito del séptimo arte que convierte el simple acto de colocar nuestras posaderas en una butaca en un orgásmico ritual, en un auténtico acontecimiento o en una experiencia religiosa. Llámenlo como quieran pero por favor, no se la pierdan.