Paul W.S. Anderson dirige Tierras Perdidas, una fantasía de aventuras que adapta un relato del autor de las novelas de Juego de tronos, George R. R. Martin.
La película está protagonizada por Dave Bautista y Milla Jovovich y producida por el alemán Constantin Werner, que se hizo con los derechos de esta historia y otras dos más.
Tras su estreno estadounidense el pasado febrero, Tierras Perdidas llega a las salas españolas el 9 de mayo.
- Fecha de estreno: 9
- Género: Acción, Aventuras, Fantástico
- País: Alemania, Canadá, Estados Unidos
- Año: 2025
- Dirección: Paul W.S. Anderson
- Reparto: Milla Jovovich, Dave Bautista, Arly Jover, Amara Okereke, Fraser James, Simon Lööf, Deirdre Mullins
- Música: Paul Haslinger
Basada en el relato corto «In the Lost Lands» de George R.R. Martin, En las tierras perdidas narra la historia de Gray Alys, una poderosa hechicera contratada por una reina desesperada por encontrar la felicidad en el amor. La misión de Alys es adentrarse en las enigmáticas Tierras Perdidas en busca de un poder mágico que permite a una persona transformarse en hombre lobo. Acompañada por el misterioso cazador Boyce, interpretado por Dave Bautista, Alys enfrenta numerosos desafíos y criaturas oscuras en un mundo lleno de peligros y magia.
Dirigida por Paul W.S. Anderson, conocido por la saga Resident Evil, la película cuenta con Milla Jovovich en el papel principal, reuniendo nuevamente al director y la actriz en una producción de acción y fantasía. El reparto se completa con actores como Arly Jover, Amara Okereke y Fraser James, quienes aportan profundidad a esta adaptación cinematográfica de la obra de Martin.
Crítica de Tierras perdidas
Hay muy poco salvable en Tierras perdidas. Ya el nombre del director responsable de esta producción debería darnos las pistas suficientes para imaginar a qué vamos a enfrentarnos.
El sello Paul W.S. Anderson
El director británico parece estar anclado en productos mediocres y comerciales que generan gran expectativa y terminan suponiendo una decepción para la mayoría.
El cineasta es responsable de películas como Mortal Kombat, Resident Evil o Alien contra Depredador. Todas ellas cuentan con el respaldo de productos populares en forma de videojuegos o franquicias cinematográficas reconocidas que arrastran a gran número de adeptos. Anderson, sin embargo, nunca ha sabido aprovechar esas expectativas y ha terminado por enfadar a aquellos que veneraban el material original.
Ese es el uno de los pocos motivos por los que su cine hace dinero y la única razón por la que sigue en la industria. El bueno de Anderson vive de explotar (y mancillar) lo que otros han creado con éxito.
El aspecto visual
Tierras perdidas tiene una paleta de colores similar a la 300 de Zack Snyder. El mundo creado en croma por el director de fotografía Glen MacPherson está saturado de ocres y tonos arenosos, a menudo cercanos al sepia.
Eso, en principio, no debería suponer ningún problema pero todo resulta tan artificial que es imposible no imaginar al elenco actuando ante paredes verdes dentro de un estudio.
El diseño de criaturas y el vestuario tampoco lucen demasiado bien. Como casi toda la filmografía del director, nada es especialmente terrible y, sin embargo, todo es insultantemente mediocre.
La estructura de Tierras perdidas
No hemos leído el material original de George R. R. Martin así que vamos a ceñirnos al libreto en el que ha sido adaptado por el escritor y productor Constantin Werner.
El guion adopta una estructura parecida a un videojuego en el que los personajes deben pasarse distintas pantallas, indicadas en un mapa, hasta llegar al malo final.
Esta configuración narrativa bebe también del western italiano (espagueti western) que se popularizó en los años 70 y cuyo máximo exponente es el cine de Sergio Leone.
Vemos a los protagonistas cabalgar hacia el horizonte en grandes explanadas de tierra, asistimos a unos primerísimos planos marca de la casa e incluso algún guiño en forma de melodía cuando está a punto de desatarse un tiroteo.
El guion de Werner
El panfleto del alemán empieza a naufragar ya en sus compases iniciales. La motivación de los personajes principales es, cuanto menos, inverosímil.
Los motivos que ponen en marcha esta historia van a hacer que más de uno arquee la ceja. Eso, unido a unos diálogos engolados y artificiosos y a un giro de guion absurdo, forma un conjunto difícil de digerir.
Una villana poderosa incapaz de actuar si alguien se pone unas gafas de sol y a la que sus secuaces protegen saltando a lo Kevin Costner en El Guardaespaldas para interponerse entre ella y la bala que vuela en su dirección, son, sin lugar a dudas, los elementos más ridículos de la cinta. Hay escenas que convierten a la producción, en ocasiones, en una comedia involuntaria.
Conclusión
Basta leer el nombre de Paul W.S. Anderson para anticipar lo que se nos viene encima. Esta película no es más que una muestra de su cine, una producción mediocre, con una historia mal estructurada y un aspecto visual tan artificial como los diálogos entre su pareja protagonista.
Anderson lo ha vuelto a hacer. Ha cogido, una vez más, un material original interesante para convertirlo en comida rápida de lo menos saludable.