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Valoración

Javier Ruiz Caldera, responsable de producciones como Superlópez, 3 bodas de más o Promoción Fantasma nos trae Wolfgang (Extraordinario), donde se pone algo más serio de lo habitual para brindarnos un drama sobre la paternidad y el amor hacia la música. Gracias a OCINE podemos hablarte de ella para que, como siempre, valores si vale o no la pena.

  • Fecha de estreno: 28 de marzo de 2025
  • Género: Drama
  • País: España
  • Año: 2025
  • Dirección: Javier Ruiz Caldera
  • Reparto: Miki Esparbé, Jordi Catalán, Anna Castillo, Àngels Gonyalons, Berto Romero, Nausicaa Bonnín

Wolfgang, un niño de diez años con un cociente intelectual de 152 y trastorno del espectro autista, se ve obligado a vivir con su padre, Carles, a quien no ha visto nunca, tras la repentina muerte de su madre. Carles afronta el reto con ganas y voluntad, pero Wolfgang no soporta su desorden ni su desorganización y lo considera un “bajocien” por su falta de intelecto. Así que, a escondidas, Wolfgang planea conseguir su sueño: entrar en la academia de música Grimald de París, donde estudió su madre, y convertirse en el mejor pianista del mundo. Cuando Carles lo descubre, debe decidir entre su gran oportunidad como actor o convertirse en el padre que necesita un niño como Wolfgang.

Sobre la película

Basada en la novela ‘Wolfgang (extraordinario)’ de Laia Aguilar, que participa en el guion junto con Carmen Marfà, Yago Alonso y Valentina Viso, la película cuenta con un reparto encabezado por Miki Esparbé y el debutante Jordi Catalán, elegido en un casting entre más de 700 niños para dar vida al protagonista de la historia. Les acompañan Àngels Gonyalons (protagonista del premiado musical L’alegria que passa de Dagoll Dagom y Premi Sant Jordi de Cinematografia), Anna Castillo (cuatro veces nominada al Goya y ganadora en la categoría de Mejor Actriz Revelación por El Olivo, protagonista también de La Llamada y Adú), Berto Romero (El otro lado, Ocho apellidos catalanes, El pregón) y Nausicaa Bonnín (Tres dies amb la familia, Un cel de plom, La Infiltrada).

La novela, editada por Crossbooks en español y por Columna en catalán, ha sido galardonada por el prestigioso VI Premi Carlemany per al Foment a la Lectura 2016, y cuenta ya con 13 ediciones publicadas y más de 20.000 ejemplares vendidos.


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Crítica de ‘Wolfgang (Extraordinario)’

Estamos bastante acostumbrados a ver cómo, cuando el cine se mete en temas de neurodivergencia, suele hacerlo con la sutilidad de un elefante en una cacharrería. Pero es posible que lo de Wolfgang vaya mucho más allá. Si no fuera porque ya estamos acostumbrados a que la representación del autismo en el cine pase por el mismo niño genio, incomprendido y con talento descomunal, podría haberme sorprendido. Pero no.

El cliché del autismo

La película nos presenta a Wolfgang, un chaval con un CI de 152 (porque al parecer si no eres un genio no mereces protagonizar una historia) que, tras la muerte de su madre, se ve obligado a convivir con un padre desastroso que no tiene ni idea de cómo funciona la vida, y mucho menos la paternidad. Y ya desde ahí sabemos por dónde van los tiros.

El guion hace lo de siempre: presenta los comportamientos autistas como un problema para los demás en lugar de enfocarse en cómo Wolfgang experimenta el mundo. Se apoya en clichés absurdos, como que las crisis del niño se solucionan mágicamente cuando le dan lo que quiere o que se le sube de curso por ser un “superdotado”, ignorando por completo lo perjudicial que esto puede ser para un niño autista en un entorno escolar sin los apoyos adecuados.

Lo de la investigación previa parece que se lo han tomado con la misma seriedad con la que yo me tomo los anuncios de tarot.

Cine para público convencional, hecho por personas convencionales

Wolfgang es una película que, aunque te mantiene entretenido (porque, vamos a ver, tampoco es un desastre absoluto), no consigue escapar de la trampa de ser un producto diseñado para que los espectadores menos exigentes se sientan bien consigo mismos. Es un «mira qué bonito, este niño tan especial lucha por sus sueños» sin preguntarse ni por un segundo qué mensaje están enviando realmente.

Lo peor es que se nota que la historia no nace de una experiencia genuina. Ni la autora del libro ni el director tienen ningún vínculo real con la neurodivergencia. Y eso se siente en cada escena, en cada diálogo, en cada decisión de dirección.

Lo que se salva de Wolfgang

Dicho esto, la película es entretenida. No sería capaz de valorar las interpretaciones al 100% porque cuenta con un doblaje al castellano (la cinta se rodó en catalán) que te saca por completo de la película. Lo que sí que tiene es una banda sonora para quitarse el sombrero y un cameo de Bayona que, bueno, puede sacarte una sonrisa.

Sin embargo, a nivel general, si Wolfgang no tuviera el envoltorio de «historia inspiradora sobre el autismo«, pasaría desapercibida como cualquier otro drama mediocre que ves una vez y olvidas. No es infumable, pero tampoco aporta nada nuevo. Y lo peor de todo es que, lejos de ayudar a la representación autista en el cine, refuerza los mismos estereotipos de siempre.

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