Hace un tiempo nos hicimos eco de la buena noticia de que María Valenzuela volvía al teatro y nada menos que junto a Rodolfo Ranni en una obra escrita por Beto Gianola, “La noche de la basura”.
Pero en este miércoles nos enteramos por Gustavo LLadós de La Nación, que la actriz decidió patear el tablero y por discidencias con su compañero, se bajó del proyecto. Hace apenas cuatro días había subido el flyer del espectáculo que producía Giuliano Bachi y que ahora quedó en la nada.
Según se informó el tema tuvo que ver con problemas de cartel: “había cosas en las que nos teníamos que poner de acuerdo y no nos pusimos, entonces me bajé de la obra”, le dijo María al medio, que ya adelantó que la reemplazará Graciela Pal.
Lo cierto es que la actriz también compartió una noticia que la tiene muy feliz y que para ella es más importante que un proyecto teatral: debutará como abuela.
Q¡A esta altura pensé que me iba a morir sin ver un nieto! Pero el más chico de mis tres hijos, Juan, con Florencia, su pareja, me dieron hace poco la noticia de que voy a ser abuela. Voy a ser abuela en pocos meses de una nena que se va a llamar Filipa”, contó con alegría.
Recuperada de su depresión y a la espera de otro proyecto que la entusiasme, María celebra esta noticia familiar que prioriza en este momento de su vida.
UNA MUJER RESCILIENTE
–¿Cómo te ves como abuela?
–Totalmente descontracturada, enseñándole todo lo que no le enseñarán los padres. Yo quiero que me diga Babu, porque es un nombre fácil y entonces pienso que lo aprenderá y me lo dirá enseguida. Babu, además, es la versión abreviada de Babushka, que en ruso significa abuela. Yo ya le hablo a la panza de Florencia y le digo: hola, acá está la “Babu”, te estamos esperando, no te atrases, ¿eh? La fecha de su nacimiento está estipulada para el 4 de agosto. Estoy muy feliz por mi hijo y por mí. Por él porque siempre fue muy familiero y sabía que, por eso, moría por tener un hijo. Si me lo permiten seré siempre una abuela muy presente. En cuanto necesiten una mano, allí estaré para Filipa. Quiero verla cada vez que pueda, quiero mimarla y seguir su crecimiento, tirarnos en la alfombra y pintar juntas, jugar a lo que sea y llevarla de paseo. Será como un volver a renacer con los hijos. Estoy seguro que esto me dará mucha vida y ganas de seguir adelante, que es lo que necesito.
Hoy María vive en su casa de Tortuguitas, dentro de un barrio cerrado, junto a su hija Malena. “Se vino a vivir conmigo cuando se separó de su última pareja. Estamos bárbaras porque como la casa es muy grande cada una está en una punta y no invade a la otra. Malena ha sido siempre un gran apoyo para mí. Así como yo lo he hecho en su momento (se refiere a cuando la joven sufrió un ACV en 2003), Malena se cargó la mochila y se hizo cargo de mí en todos estos últimos meses, por lo cual le estoy una vez más súper agradecida. En fin, la convivencia es fantástica, por momento somos amigas, por momentos somos madre e hija y es ahí cuando le pongo los puntos, aunque siempre soy muy permisiva con ella. Porque Malena siempre me puede. Y, por último, por momentos somos colegas porque estamos compartiendo un canal de YouTube, que nos da muchas alegrías. Es la primera vez que hacemos algo juntas y es algo que nos gusta mucho y nos divierte. ¿Qué más podemos pedir?”, sostiene.
En la tranquilidad de ese paraje espera ahora que se concrete un nuevo proyecto laboral que, por fin, posibilite su regreso al trabajo rentado. Su amigo personal, el productor teatral Juan Manuel Caballé, le ha acercado varias obra para leer y juzgar y, en breve, se decidirá por alguna para salir de gira. “Nada ni nadie me va a parar, quiero y necesito salir a trabajar. Hay muchas cuentas que pagar”, confiesa.
–En las últimas décadas pasaste por muchos momentos angustiantes: primero tu hija sufrió un ACV, luego perdiste todos tus ahorros en un proyecto inmobiliario y estuviste internada por un cuadro de depresión; más tarde fuiste víctima de mala praxis en un tratamiento odontológico y, por último, acusaste un pico de estrés. ¿Hoy el término resiliente es el que más te identifica?
–Totalmente. Yo soy una resiliente nata. Podía no haber salido nunca de todos estos episodios, pero salí, acá estoy, aquí me tenés. Pero, bueno, parece que siempre la tengo que pasar mal para después sacar las fuerzas de no sé dónde y empezar a pasarla bien, salir adelante y no parar. Como ahora.