‘Los Pecadores’ (Sinners) es una película de terror gótico sobrenatural escrita y dirigida por Ryan Coogler, el cineasta detrás de obras como ‘Black Panther’ y ‘Creed’. Con Michael B. Jordan, su estrella predilecta, por partida doble
El argumento de ‘Los Pecadores’ (Sinners) está ambientado en el Missisipi de los años 30. Dos hermanos gemelos veteranos de guerra, Smoke y Stack, tratan de dejar atrás sus problemáticas vidas. Regresan de Chicago a su ciudad natal para empezar de nuevo, emprendiendo en el proyecto de un local de blues. Pronto descubrirán que un mal aún mayor les aguarda en el Delta del Missisipi.
A continuación, vamos a pasar a analizar la película Los Pecadores (Sinners) en una reseña con spoilers. Si aún no la has visto y eres seguidor del género, te recomiendo encarecidamente que vayas a verla antes de seguir leyendo.
Opinión general sobre Los Pecadores (Sinners)
Como seguidor del subgénero que me considero, debo empezar la crítica diciendo que esta película ha sido de las mejores obras que he visto de terror vampírico en los últimos años. Los Pecadores (Sinners) es una cinta que cuenta con muchísimos elementos que la convierten en una película clásica de vampiros, pero a la vez es aire fresco y renovador para el subgénero que tan relegado había quedado últimamente. Me alegra ver que hay directores que siguen apostando por un vampiro terrorífico.
Más allá de que me haya encantado personalmente, creo que es una cinta que tiene una realización impecable. Su argumento cuenta con muchísimas referencias e influencias de otras películas de vampiros, pero tiene una innegable identidad propia. Esa ambientación en el Missisipi de los años 30, así como el reflejo y la crítica social de la racialización que sufría la comunidad negra de la época. Todo le otorga una profundidad y una estructura a la película sobre la que construir esa sangrienta historia de terror sobrenatural.
Lo que más me ha gustado de la película ha sido el peso que tiene la música en la narrativa de Los Pecadores (Sinners). En especial el blues y sus raíces, uno de mis géneros musicales favoritos, por lo que me ganaron desde el principio. Pero la forma de tratar el poder que puede llegar a tener una melodía en esos temas espirituales en muchas culturas a lo largo de toda la historia es algo que me ha parecido innovador, además de darle una personalidad a la película que eleva a la vez su calidad fílmica.
Ryan Coogler, la mano mágica tras Los Pecadores (Sinners)
Coogler vuelve a demostrar su talento y valía como realizador, apostando por una película atrevida y dinámica. Un blockbuster que tiene personalidad de autor. Una cinta de vampiros repleta de elementos que reflejan la identidad de su director. Crítica social al mismo tiempo que espectáculo sangriento. Todo lo que un fan de las películas de vampiros busca en un estreno de género, y Coogler lo sabe.
Su dirección es impoluta, y está llena de referencias a grandes películas del género por tipos de planos y acciones. Se nota su pasión por el terror, así como su gusto por las cintas de vampiros (bebe mucho de Abierto hasta el amanecer, pero de la mejor manera posible). Hay muchas secuencias en las que logra demostrar que es un cineasta con una visión y una técnica intachable. Pero hay una en concreto, en la que Sammie invoca a los espíritus del pasado y del futuro con su música, en la que Coogler se corona como uno de los mejores realizadores de la industria actual de su generación.
Recordemos que Ryan Coogler tiene 38 años y ya lleva varios grandes éxitos a sus espaldas, todos de la mano de Michael B. Jordan. Es un director joven que ha logrado ya grandes cosas, y creo que esta es una de sus películas más personales, pese a sus intenciones principalmente comerciales debido al estudio que tiene detrás. Ha sabido aprovechar la oportunidad que le ha brindado Warner Bros para hacer su propia historia de vampiros, y ha logrado una de las mejores obras de terror de un gran estudio de los últimos años.
Michael B. Jordan por partida doble, el reparto de Sinners
Una película de Ryan Coogler sin Michael B. Jordan no sería una película de Ryan Coogler. En este caso, ha apostado fuerte por su actor favorito, regalándole dos papeles en los que demostrar su ratio actoral. Jordan es Smoke y Stack, y cumple con sus roles de la mejor forma posible, reafirmándose como uno de los grandes actores del Hollywood actual.
Es versátil y sabe retratar a los dos hermanos con sus diferencias y lo que les hace únicos, sumándole esa dificultad de no tener al actor que aparecerá en el corte final enfrente para cada toma. Ya le conocía de otras películas, y siempre he creído que es un gran actor al que me gustaría ver en obras en las que pueda demostrar su talento. Creo que con Los Pecadores (Sinners), Jordan da un golpe sobre la mesa al atreverse con dos papeles tan complejos.
Miles Caton está soberbio, su blues es de lo mejor de la película. Hailee Steinfeld genial, como siempre; otra actriz a la que me gustaría ver mucho más en papeles más protagónicos. Wunmi Mosaku como esa bruja hudú. Delroy Lindo en su papel de músico de gran talento venido a menos. Li Jun Li, Jaime Lawson y Omar Benson Miller en sus roles como secundarios arquetípicos que logran ser carismáticos. Todos ellos le aportan, de una forma u otra, grandes cosas a Los Pecadores (Sinners), logrando esos personajes que tanto nos gustan en las cintas de vampiros.
Por último, tengo que destacar el trabajo de Jack O’Connell como ese despiadado vampiro que solo busca compañía. Me ha gustado mucho su interpretación, así como el propio personaje. Ese monstruo ocioso que parece divertirse sembrando el terror y desatando el mal. Me encanta que se vuelva, narrativamente, a ese tipo de monstruos. Un vampiro que intimida, cuyo poder da miedo. Ojalá haya más cineastas que sigan apostando por ese tipo de personaje.
Reflexión sobre el género: los vampiros vuelven a ser terroríficos
El terror está más fuerte que nunca, y los vampiros han vuelto para quedarse. El miedo con vampiros ha sido muy importante a lo largo de la historia del cine. Incluso de la literatura, desde la concepción del monstruo desde una perspectiva gótica con El Vampiro, de Polidori; escrito en a principios del siglo XIX, al mismo tiempo que Mary Shelley creó Frankenstein, y en el mismo lugar: su reunión en la casa de Lord Byron. El día que nació el vampiro moderno, también lo hizo la ciencia ficción. Quiero reivindicar esos vampiros que infundían terror, y creo que Coogler también ha demostrado su intención con Los Pecadores (Sinners).
Aprovechando la tendencia creciente del género, así como el valor que lleva ganando estos últimos años (véase el éxito de La Sustancia el año pasado), creo que es buen momento para ello. Abigail, pese a sus tintes cómicos, también quería apostar por el vampiro terrorífico, igual que Robert Eggers con su remake de Nosferatu. Tampoco quiero decir con esto que no me guste el vampiro en otros géneros, como en la comedia con Lo que hacemos en las sombras, pero sí que me gustaría que tuviera ese espacio en el terror más convencional.
Gracias a los estrenos de los últimos años, vuelvo a tener la esperanza de ver nuevas cintas de género en las que el terror esté encarnado en esos monstruos chupasangre. Creo que es una tendencia de subgénero a tener en cuenta, que está volviendo a ganar ese peso que perdió cuando el vampiro pasó a ser un elemento más cómico o romántico que aterrador. Repito que adoro el personaje tipo del vampiro, y me gusta verle en todos los ámbitos posibles, por lo que estoy contento de ese retorno a su género original. Los Pecadores (Sinners) ha significado para mí una de las grandes sorpresas de 2025.
