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Valoración

La estadounidense Vera Drew escribe, produce y dirige The People’s Joker, una sátira de los personajes de DC al servicio de la inclusión y la autoafirmación.

Tras su estreno en el festival de Toronto en 2022, la distribución quedó paralizada por temas de derechos audiovisuales. Sin embargo, el éxito y el estatus de culto que la cinta estaba alcanzando rápidamente, hizo que Warner acabara cediendo y llegando al acuerdo que ha hecho posible que la cinta llegue a Filmin desde el pasado 15 de agosto.

Crítica

La alegoría construida por Drew para narrar su propio viaje personal es tan divertida como efectiva. Combinando momentos de histrionismo pop, imágenes coloridas y animación con escenas cargadas de honestidad emocional y profundas reflexiones sobre la identidad y la aceptación, The people’s Joker se ha convertido en uno de los alegatos queer más potentes de los últimos años.

El origen de The People’s Joker

A pesar de las críticas que sufrieron las películas del director Joel Schumacher Batman Forever (1995) y Batman y Robin (1997), en las que se recuperaba el tono más festivo de uno de los emblemas de DC, han ido surgiendo, poco a poco, voces que las reivindican. Entre ellas, las de una Vera Drew que confiesa haber empezado a interiorizar su condición de mujer transgénero al identificarse con Nicole Kidman en una de las escenas de Batman Forever. No es casualidad que este, su primer trabajo como directora, esté dedicado al cineasta neoyorkino.

Años después, llegaría la película que supondría el empujón definitivo al proyecto, Joker (Todd Phillips. 2019). Drew se sintió identificada con esta historia sobre la salud mental de un hombre cuyo único propósito era hacer reír a una sociedad que lo rechazaba.

Un original pastiche de elementos cinematográficos

Es innegable el uso creativo de los escasos recursos que tiene The People’s Joker. Todo empezó con una transferencia de 12$ que la guionista Bri LeRose le envió, a modo de chiste, a Drew para que hiciera su propia versión del Joker tras unas polémicas declaraciones de su director en contra de la cultura woke y cómo ésta estaba acabando con la comedia.

La broma inicial se convirtió en el punto de partida de un proyecto que, tras una campaña de micromecenazgo que recaudó 25 mil dólares, empezó a dar sus primeros pasos. LeRose y Drew se sentaron frente al ordenador para escribir un guion tan ambicioso que era casi imposible llevar a la práctica con los números que manejaban.

Haciendo uso del croma en muchas de las escenas y de la animación para solventar los retos más complejos, The people’s Joker fue convirtiéndose en una realidad.

Los temas de The People’s Joker

Vera Drew y Bri LeRose consiguen encajar una gran cantidad de temas relevantes en el universo del justiciero enmascarado.

Bajo la apariencia inicial de desenfreno colorista, la película deja poso. El personaje principal Joker The Harley Quinn, es llevado a psiquiátrico de Arkham cuando dice que se siente una niña. Empieza así un viaje plagado de muros que derribar en pos de la aceptación de la identidad.

En otro momento de la cinta, la protagonista empieza una relación destructiva con otra de las encarnaciones del Joker. Durante una escena en la que ambos comparten coche, Drew rompe la cuarta pared y nos apela directamente para explicarnos que lo que está sucediendo, aunque no lo parezca, es un comportamiento tóxico.

La cineasta también tira con bala contra el mundo de la comedia y la importancia de rebelarse contra el establishment, contra la imposición de ser feliz o parecerlo para no hacer sentir incómodos para los demás o contra los progenitores que, lejos de ayudar al sano desarrollo de sus hijos e hijas, lo complican por ignorancia o miedo.

Valoración final

Sería un error reducir The People’s Joker a un producto para la comunidad LGTBIQ+. En su alegato en favor de la libertad de ser quien quieras ser entramos todos los seres humanos capaces de despojarnos de prejuicios y dejarnos arrastrar al universo que teje Vera Drew a nuestro alrededor.

La directora y guionista ha sido capaz de sacar adelante una producción incómoda para algunos y necesaria para muchos, que resulta tan divertida como mordaz.

Esta revisión multicromática del universo del caballero oscuro, es visualmente menos oscura, narrativamente más interesante y socialmente mucho más relevante que la mayoría de las producciones superheróicas que han llegado a las pantallas en los últimos años.

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