
Entrevista a María Pujalte. La actriz nos habla del regreso de ‘Los misterios de Laura’, ficción que «defenderá a muerte y ante cualquiera”, además de repasar sus más de 30 años en la interpretación
¿Quién es Maria Pujalte, actriz? ¡Conoce a María Pujalte! Participa en ‘Los Misterios de Laura’ o ‘Laura y sus misterios’ como Laura Lebrel. Descúbrele. Descúbrela.
Conocimos a Laura Lebrel del Bosque hace ya catorce años, cuando aparecía exigiendo el fiambre “que jamás existió”, pero que sí figuraba en el tique de compra de la charcutería. A su vez, la inspectora de policía debía investigar el misterio de la habitación cerrada. Así comenzó una ficción pionera en el audiovisual español protagonizada por una recién divorciada que compaginaba sus pesquisas y habilidades policiales con la vida rutinaria de una ama de casa y la maternidad de dos gemelos. María Pujalte (A Coruña, 1966), más de una década después, vuelve a meterse en la piel de la inteligente y cotidiana detective en las dos nuevas tv-movies que estrena Televisión Española.
“Es una serie que lo cuida todo mucho”, destaca la protagonista de la ficción que, a su vez, se muestra “encantada” de retomar el personaje de Laura, como ya hizo hace algo más de un año, en un episodio especial. “Sirvió como bisagra. Era necesario contar lo que había pasado con esos personajes. Ya se ha hecho esa transición: ahora volvemos a la calle”, destaca María Pujalte, que regresa a la serie junto al reparto original (Oriol Tarrasón, Laura Pamplona o Beatriz Carvajal) y nuevas caras como Raúl Mérida, que ya intervino en la entrega anterior de 2022, o Manuela Velasco, entre otros.
María Pujalte actúa y baila desde los 13 años. Desprende naturalidad. Siempre ha sabido dar a sus personajes el toque justo de ternura, comicidad y dramatismo, pero sin nunca perder esa frescura de una eterna aprendiz que precisa vivir el instante. Querida por sus personajes y apariciones televisivas en ‘Farmacia de guardia’, ‘Vota Juan’ o ‘7 vidas’, la popularidad llegó con Mamen Tébar, de ‘Periodistas’, la serie que descubrió el día a día de una redacción.
Aquí me veo: entrevistando a Mamen de ‘Periodistas’ que, me imagino, conocerá bien el oficio [risas].
[Risas] Bueno, yo era secretaria, no sé si te acuerdas, pero es verdad que las secretarias se lo conocen todo.
Pero hablemos de ‘Los misterios de Laura’, ya que Televisión Española estrena dos tv-movies de ‘Laura y sus misterios’. Referente al nombre, ¿el orden de los factores altera el producto?
El producto sigue intacto. Es el universo de ‘Los misterios de Laura’, de lo que el público conoce y que ha seguido durante tantísimos años. Pero, es verdad, que estamos en 2023 y cuando arrancamos la serie era el 2009. Quiero decir que ha pasado el tiempo. Tuvimos ese episodio especial que funcionó un poco como bisagra, porque había que contar qué había pasado con ellos y con sus vidas. No obstante, en estos nuevos capítulos, se ve más el día a día de los personajes que, por cierto, ya rondan los “cincuenta y”, por lo que esa evolución también creo que se ha tenido en cuenta.

En el anterior y más reciente episodio, ‘Laura y el misterio del asesino inesperado’, ya se percibía una madurez por parte de todos, y en todos los sentidos. ¿Cómo fue reencontrarse con una serie y un personaje después de tantos años?
Esa fue, en parte, la dificultad. Cuando nos vienen y nos dicen: “Venga, haced un capítulo nuevo”, lo primero que piensas es: “Tenemos que colocarnos primero”. Ha pasado un tiempo y nosotros no podemos retomar lo que dejamos. No podemos colocarnos en aquel lugar y aquel universo. Laura entonces tenía dos niños de cinco años, era una mujer de cuarenta y tantos… También los conflictos son otros, el aire de la serie era diferente, tenía otro color… no sé exactamente cómo explicarlo. Entonces, lo que se pensó contar en este episodio creo que fue muy acertado, sobre todo, para situar al espectador, y contar lo que les había pasado a esos personajes mientras el misterio se desarrollaba. Fue un capítulo que tenía un tono más gris, pero ahora, estos dos recuperan la luz de la serie.
¿Crees que los capítulos permiten poder disfrutarlos independientemente? ¿O requieren que hayas visto la serie?
Una de las muchas ventajas que tiene esta serie es que funciona de una manera, como tú bien has dicho, muy independiente. No tienes por qué haber visto las tres temporadas anteriores. Puedes disfrutarla tan a gusto. Creo que los misterios que plantea son tan entretenidos y están tan bien contados, que no requieren ningún antecedente. Hombre, si los conoces mejor, tiene más gracia [risas].
Remontándonos a esos inicios de ‘Los misterios de Laura’, en 2009. ¿Qué te pareció la serie cuando te llegaron los guiones o te contaron la idea? Porque era algo innovador, en cuanto a que un ama de casa, divorciada y con hijos, resolviese asesinatos.
Mira, no puedo estar más de acuerdo contigo. La perspectiva y el paso del tiempo han hecho que piense mucho en esto. Te dan un guion así, ofreciéndote este personaje y dices: “¿Perdona? [risas]. Esto lo cojo y no me lo quita nadie”. Es una maravilla de mujer. Tan lista, tan paciente… no sé, el personaje me encantó desde el principio. También pienso que Javier [Holgado] y Carlos [Vila] fueron muy modernos. Ahora sí, ha pasado el movimiento #MeToo, también una revolución femenina que ha vivido nuestro sector, pero es que entonces… Una heroína normal y corriente, que no es modelo, con una cara normal y de cuarenta y dos años no era usual. Además, una serie de personaje. Eso fue otra novedad, porque, en la ficción española, tampoco había series que girasen en torno a un personaje. A mí parecía que me había tocado la lotería [risas].
Beatriz Carvajal contó que, para ella, el gran misterio de ‘Los misterios de Laura’ era que no terminaba de asentarse en televisión. ¿Ni siquiera podría pasarse a una plataforma?
Pues yo no sé qué decir. Eso ya no sé cómo funciona. Esto es una serie de Televisión Española, yo no estoy en los despachos [risas]. Puede que las plataformas busquen ideas nuevas y no reparen en productos que ya tienen unos años. Pero yo reivindico que es una serie que cumple al cien por cien los requisitos de una serie de la televisión pública. Eso lo defiendo a muerte y lo defiendo ante cualquiera. Lo tiene todo para poder convertirse en una serie de largo recorrido. Es inteligente, familiar, está cuidada, es blanca, divertida, amable, tiene un perfil medio y no es una serie excesivamente cara. Ya hemos constatado que el paso del tiempo no pasa por ella. Es una serie clásica y no estamos dentro de un estilo de nada. Quizás por eso el público nos sigue queriendo, porque lo clásico no pasa de moda.

Hablando de clásicos. ‘Libertarias’ de Vicente Aranda está considerada como una de las grandes películas del cine español. ¿Cómo fue la experiencia?
[Asombrada] Uy, ‘Libertarias’. Acababa de venir a Madrid porque me había salido trabajo en una serie, porque, fíjate, Candela Peña se marchaba para rodar ‘Hola, ¿estás sola?’ con Itziar Bollaín. También me salió por entonces ‘Martes de carnaval’ con Mario Gas en el Centro Dramático Nacional y, en ese verano, me surgieron esas sesiones con Vicente Aranda. Claro, todo me parecía un mundo de luz y color porque no daba crédito [risas]. Fueron muy poquitas sesiones, porque yo ahí hacía de una de las chicas del burdel, y salía poquito. Pero era consciente de que estaba en una gran producción, un “nivelón” en cuanto a producción, técnicos, guionistas, equipos, en definitiva. Y ese elenco, que era brutal. Estar en manos de todos los grandes profesionales que tenía, y sigue teniendo, este país y que tan importantes son. Porque, al final, este es un trabajo de muchos equipos.
Para entonces ya habías hecho ‘Entre rojas’, ¿verdad? [Película por la que María Pujalte obtuvo su primera nominación al Goya].
Yo había hecho ‘Entre rojas’ sí. [Duda]. ¿O no? [risas]. Sí. Se hizo en 1994 y se estrenó, es decir, el público la pudo ver en 1995.
Porque, ¿cómo te ves en la gran pantalla? ¿Te gusta hacer cine?
Sí. Bueno, a mí lo que me gusta es trabajar [risas]. Mi formación es teatral y considero al teatro mi casa, pero claro que me gusta hacer cine y también hacer televisión. Lo fundamental es que el proyecto, independientemente del formato, sea bueno. Realmente, es lo que potencia tu trabajo. Puedes tener un personaje bonito, pero que después no se vea, porque, a veces, cuesta difundir y distribuir un proyecto, que tenga publicidad. Es complicado. A veces, los trabajos no se ven porque no llegan. Estoy orgullosísima de todos mis personajes y he trabajado con gente estupenda, pero siento que mi carrera se ha desarrollado mucho más en la televisión y en el teatro que en el cine, eso también te lo digo. Ahí está mi aportación, pero es cierto que no ha sido tan visible.
[Una aportación que comenzó con la pueblerina de ‘Siempre Xonxa’, la servil criada en ‘El baile de las ánimas’, en la que tenía por madre a una devota creyente de las ciencias ocultas. Sin duda, ‘Entre rojas’, con su valiente y ruda presa que, junto a Penélope Cruz, planearía escapar de la prisión de Yeserías, de Azucena Rodríguez supondría su consolidación como esencial de los repartos patrios. A partir de entonces, fue la hortera subordinada de policía en la cómica ‘Perdona bonita, pero Lucas me quería a mí’, la empleada de Loles León en la ya mencionada ‘Libertarias’ y la frustrada aspirante a actriz en ‘El grito en el cielo’.
Perseguía histérica a su novio Ernesto Alterio en ‘Insomnio’, despachaba en una acogedora librería en ‘En la ciudad’, ocultaba el idilio con el mejor amigo de su marido en ‘Los lobos de Washington’ y se escandalizaba al enterarse de la homosexualidad de su madre en ‘A mi madre le gustan las mujeres’. Soportaba a su cruel marido en ‘El lápiz del carpintero’, era una exótica peluquera en ‘Cosas que hacen que la vida valga la pena’, se hartaba de su papel de madre y esposa en ‘Qué se mueran los feos’ y se tiraba a la bebida ante la tensión de la cena de ‘La noche que mi madre mató a mi padre’. Ha sido una comprensiva progenitora en ‘Es por tu bien’, una intransigente directora de residencia de ‘Oh! Mammy Blue’ y una amparadora matriarca en ‘Elisa y Marcela’.
“Cuando hay una buena racha hay que aprovecharla. Todos sabemos que la suerte existe y que la no suerte también”, dice María Pujalte sobre su trayectoria como actriz, que une éxito con éxito, sin reparar en el formato].

¿La vocación que te hizo dedicarte a la interpretación sigue intacta o una actriz puede llegar a acomodarse en el oficio?
[Reflexiona] Llegar a acomodarse para mí sería no sentir el ahora al actuar. Yo siempre mido mi nivel de vocación en función del momento en el que estoy actuando. En el hecho mismo de actuar, del momento en el que dicen acción o empieza la función, es cuando uno realmente mide si quiere seguir haciendo esto o no, o si sigue queriendo exponerse. Porque esto tiene que ver con la exposición.
Cuando eres joven, al menos yo, lo haces todo desde un lugar más inconsciente, pero, con el paso del tiempo, se va convirtiendo en algo que tiene que ver más contigo mismo, con tu interior; y para eso hay que entregarse. Cuanto más mayor te haces, menos debes fingir en la actuación. Ha de ser algo más desnudo, más pegado a ti. Y eso siento que lo sigo teniendo. Hay veces que me levanto y digo: “¡Qué pereza!”. Pero luego llego y es que no puedo no interpretar. Me sale la “chispilla”. Me sale vivir el momento, hay algo único. Algo que solo ocurre según lo estás haciendo.
Eso tiene todo que ver con la verdad y el ahora, ¿no?
Totalmente. Yo pongo todo mi empeño en parecer lo más verosímil posible. Igual también debería ponerlo en otras cosas [risas]. Pero eso es lo que más me preocupa siempre. En el momento de ponerme y saber que voy a actuar se me pone dentro un mecanismo que me impide poner el automático. El día que sienta que eso no es así, me iré a mí casa porque querrá decir que mi vocación ya no estará ahí.