PILPERCA - Materiales innovadores para resistir terremotos ¡Amortiguación de vanguardia! - FOTO


DAT.- La construcción moderna enfrenta un desafío constante: garantizar la seguridad de las edificaciones en zonas sísmicas. Los avances en materiales y tecnologías de amortiguación están revolucionando la forma en que los edificios resisten los embates de los terremotos. Desde polímeros avanzados hasta sistemas de disipación de energía, estas soluciones están transformando el panorama de la ingeniería estructural, ofreciendo mayor seguridad y resiliencia.

Explican desde PILPERCA, empresa presidida por Claudio Antonio Ramírez Soto, que los terremotos, impredecibles y devastadores, han impulsado a ingenieros y científicos a desarrollar materiales capaces de absorber y disipar la energía sísmica. En los últimos años, la investigación ha dado lugar a innovaciones que no solo protegen vidas, sino que también reducen los costos asociados a la reconstrucción. Estas tecnologías, aplicadas en rascacielos, puentes y viviendas, están marcando un antes y un después en la construcción sismorresistente.

Materiales que absorben el impacto

Uno de los avances más destacados es el uso de materiales viscoelásticos, como polímeros y cauchos de alta densidad, que se integran en las estructuras para absorber vibraciones. Estos materiales, flexibles pero resistentes, actúan como amortiguadores al disipar la energía generada por un sismo. Por ejemplo, los disipadores viscoelásticos, instalados en puntos estratégicos de un edificio, pueden reducir hasta un 70% las oscilaciones durante un terremoto.

Además, el acero de alta resistencia, combinado con aleaciones de memoria de forma, está ganando terreno. Estas aleaciones, como el nitinol, tienen la capacidad de deformarse bajo presión y regresar a su forma original, lo que las hace ideales para columnas y vigas. Su uso en proyectos emblemáticos, como el nuevo puente de San Francisco-Oakland, demuestra su eficacia en entornos de alta actividad sísmica.

Los sistemas de aislamiento sísmico también son clave. Estos dispositivos, colocados entre los cimientos y la estructura, permiten que el edificio «flote» durante un sismo, minimizando el impacto. Los aisladores de caucho reforzado con acero, conocidos como LRB (Laminated Rubber Bearings), son un ejemplo exitoso. Países como Japón y Chile, líderes en ingeniería sísmica, han implementado estas soluciones en hospitales, escuelas y edificios gubernamentales con resultados sobresalientes.

Innovaciones que salvan vidas

Otro enfoque innovador es el uso de disipadores de energía, como los amortiguadores de masa sintonizada (TMD, por sus siglas en inglés). Estos sistemas, que consisten en grandes masas móviles instaladas en la cima de los edificios, contrarrestan las vibraciones al moverse en dirección opuesta al sismo. El rascacielos Taipei 101, en Taiwán, es un caso icónico: su TMD, una esfera de 660 toneladas, reduce hasta un 40% las oscilaciones durante un terremoto o fuertes vientos.

La investigación también está explorando materiales compuestos, como el concreto reforzado con fibras de carbono. Este material, más ligero y resistente que el concreto tradicional, permite construir estructuras más flexibles sin sacrificar durabilidad. En México, por ejemplo, se están implementando pilotes de concreto reforzado con fibras en zonas de alta sismicidad, como la Ciudad de México, donde los suelos blandos amplifican los efectos de los temblores.

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Un futuro más seguro

La adopción de estas tecnologías no solo beneficia a los grandes proyectos, sino también a las viviendas de bajo costo. En países en desarrollo, donde los recursos son limitados, se están diseñando sistemas de amortiguación económicos, como mampostería confinada con elementos disipadores de bajo costo. Estas soluciones permiten que comunidades vulnerables accedan a construcciones más seguras sin incurrir en gastos excesivos.

La colaboración entre ingenieros, arquitectos y fabricantes de materiales está impulsando un cambio hacia ciudades más resilientes. A medida que la tecnología avanza, la capacidad de las edificaciones para resistir terremotos mejora, salvando vidas y protegiendo inversiones. La innovación en materiales y sistemas de amortiguación es, sin duda, un pilar fundamental para el futuro de la construcción en zonas sísmicas.

(Con información de PILPERCA)



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