‘Monstruo’ (2023) de Hirokazu Kore-eda
‘Monstruo’ (2023) de Hirokazu Kore-eda

‘Monstruo’ cuestiona nociones como “verdad y “monstruoso” tomando como base un supuesto caso de abuso escolar, narrado desde tres perspectivas

«¿Quién es el monstruo?», grita Minato en un túnel oscuro y abandonado, frente a su espantada madre, quien manejó en medio de la noche para encontrarlo. El usualmente adorable niño lleva días comportándose raro (llegó de la escuela sin un zapato, se cortó solo el pelo frente al espejo del baño, llenó su botella de agua con lodo) y la situación explota esa misma noche, cuando se avienta del vehículo en movimiento, ante la perpleja mirada de Saori, quien acaba estampándose contra una valla. Más preocupada que molesta, la madre soltera confronta a su criatura, quien grita que hay algo malo con él, pues Michitoshi Hori, su maestro, le dijo que tenía el cerebro de un cerdo mientras le jalaba la oreja tan fuerte que lo hizo sangrar.

‘Monstruo’ compitió por la Palma de Oro en la 76° edición del Festival de Cine de Cannes y se alzó con la Queer Palm y el premio al mejor guion, dejando en claro la calidad de la producción con la que Hirokazu Kore-eda regresaba al festival. Además, no pasó desapercibido para los seguidores del prolífico director que era la segunda ocasión —la primera fue ‘Maborosi’ (1995)— que no utilizaba un guion propio, sino que apostaba por el del escritor Yūji Sakamoto y el resultado de la mancuerna es una de las mejores películas del 2023. Revisemos con atención algunos detalles de la cinta. 

Vamos allá con nuestro análisis, impresiones y opiniones deMonstruo‘ (2023), de Hirokazu Kore-eda.

Tráiler de ‘Monstruo’ (2023), de Hirokazu Kore-eda

Verdades a medias

Saori (Sakura Ando) renunció a su puesto de maestra tras la muerte de su esposo, pues las demandantes horas de trabajo le impedirían hacerse cargo de Minato (Soya Kurokawa), su único hijo, que afortunadamente no le da problemas, pues ella llega exhausta de trabajar en la tintorería. Aunque su actual empleo no es para nada glamouroso, le permite enterarse de los pormenores de la localidad: por ejemplo, que Hori (Eita Nagayama), el actual maestro de su pequeño, fue visto la noche del incendio del love hotel en compañía de una vendedora de amor.

Ese será uno de los argumentos a los que recurrirá Saori cuando se encuentre con los directivos de la escuela: Makiko Fushimi(Yūko Tanaka) —directora de la institución, quien se mantiene estoica, presumiblemente por la muy reciente pérdida de su nieto— y Akihiro Tsunoda (Humiaki Shoda), el subdirector, para quejarse de la actitud del docente hacia su hijo: no solo le dijo cerebro de cerdo, sino que lo lastimó físicamente. En este primer encuentro, el docente se muestra cínico y dice que es normal la reacción de Saori, pues él también fue criado por una madre soltera y sabe que ellas tienden a sobredimensionar las situaciones; remta acusando a Minato de ser el abusador de Yori Hoshikawa (Hinata Hiiragi).

Saori ve con preocupación el cambio de actitud de Minato, su hijo. ‘Monstruo’ (2023) de Hirokazu Kore-eda
Saori ve con preocupación el cambio de actitud de Minato, su hijo

El acaso hacia el educador se intensifica

La situación escala a tal grado que tras una segunda reunión de Saori con la directora, a la que le cuestiona su humanidad, a Hori no le queda más que disculparse en una rueda de prensa convocada por la misma institución, a pesar de que ante sus jefes se declara inocente. No obstante, lejos de calmar el clamor popular, el acoso hacia el educador se intensifica (bromistas le dejan bolsas con cerebro de cerdo colgadas en la puerta de su casa), lo que ocasiona que este pierda los estribos y se dirija a la escuela, de la que se encuentra temporalmente suspendido, para exigirle a a Minato que diga la verdad. Sin embargo, los estudiantes ya tomaron partido en la contienda y no temerán señalar que el hombre tiró a su compañero por las escaleras.

¿Qué es lo que está pasando realmente? ¿Estamos frente a un caso de abuso escolar o de un malentendido que devino en el repudio del docente? La respuesta únicamente la tienen Minato y Yori, quienes son amigos fuera de la escuela, pero que al interior de esta fingen no conocerse…

‘Monstruo’, o de la verdadera naturaleza de lo monstruoso

‘Monstruo’ demuestra la capacidad de Kore-eda y Sakamoto para llevar una historia complicada a buen puerto. En primer lugar, sorprende lo bien que lograron trenzar los tres arcos: el primero, centrado en Saori, plantea las interrogantes suficientes como para hacer creer a la audiencia que estamos frente a un thriller escolar. Y si bien el cambio de perspectiva a Hori sorprende un poco, logra mantener la atención al desmoronar los supuestos establecidos durante el primer tercio del largometraje. Por último, a pesar de que el ritmo baja considerablemente durante el arco de Minato y Yori, al jugar una vez más con la percepción de la audiencia sobre lo qué realmente sucedió la intríga se sostiene.

Evidenemtene es en el cuestionamiento al concepto de verdad donde la película encuentra su punto fuerte. De hecho, la directora le dice a Hori que «No importa la verdad» cuando este se escandaliza por la petición del subdirector de asumir la culpa del maltrato a Minato, aunque sea una mentira. Cada personaje tiene su propia verdad sobre la situación: Saori ve un un maestro maltratador, Hori un niño problema y Minato experiencias/emociones nuevas. La cohesión entre las historias se mantiene gracias a la aparición de Makiko Fushimi, el personaje más complejo de todos y quien le sugiere al hijo de Saori que recurra a los instrumentos musicales de viento —ella aprendió esa técnica durante sus años de estudiante y la sigue ejecutando hasta la fecha— como herramienta para expresar lo que no puede decir.

Minato no es el único que esconde un secreto, Makiko también guarda cosas que no es capaz de decir
Minato no es el único que esconde un secreto, Makiko también guarda cosas que no es capaz de decir

Vicios y fobias

Y es lo verdaderamente monstruoso en ‘Monstruo’ son los vicios y fobias del Japón actual,  a los que no se teme denunciar. Con un enfoque comunitario bastante arraigado, vemos todavía el alto nivel jerárquico que se mantiene en la sociedad y la priorización a evitar el conflicto (la escena de disculpa de la directora y los directivos con Saori; no les importa reparar el daño, sino complacer a la agraviada), los altos niveles de exigencia en los distintos ámbios de la vida (nada que se aleje de los convencionalismos sociales está bien visto, ya sea una madre soltera, una persona que frecuenta los love hotels, un chico que a los ojos de su padre no es lo suficientemente másculino) y, por supuesto, lo complejas que son las relaciones padres-hijos (Saori-Minato y Kiyotaka-Yori). 

No se podía cerrar esta sección sin hacer mención especial a la fotografía. Alejados de las grandes luces de Tokio, la vida de los personajes de ‘Monstruo’ se nos retrata a través de escenas cotidianas: el desorden que hay en un cuarto, el espejo del baño empañado por el calor, un gato muerto y los preparativos ante la tormenta que se acerca. Así, lo que parecía un thriller da paso a un drama íntimo, muy cercano al coming of age, en el que se cuestiona la idea de la felicidad: la tormenta ha pasado, pero todos experimentaron un cambio a razón de la misma, y a dos niños cuya dinámica se nos mostró a través de insiunaciones y sugerenicas no les llegó la reencarnación. Sin embargo, los fuertes vientos los ayudaron a deshacerse de sus cargas y por unos instantes pueden correr felices, en espera de lo que vendrá. 

Valoración

Con una fotografía precisa, un guion bien trenzado que crítica los vicios y fobias japoneses y una clase magistral sobre mantener la tensión‘Monstruo’ no es solo nuestra recomendación para esta temporada, sino una de nuestras películas favoritas del 2023.

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